• Un concierto en el auto con Guillermo

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Les presento a Patrick. 

Capítulo seis

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Capítulo seis


Es todo, no llegó.

Magnífico

Lo olvidó.

Estoy de pie junto a la entrada de la cafetería. Veo en el horizonte oscuras nubes grises acercándose junto a una brisa húmeda y fría anunciando la lluvia.

Estoy herida, aún duele.

Me duele el fuerte golpe que me di al caer de las nubes en las que estaba de ilusión.

Guillermo tiene cuarenta minutos de retraso. Que va. Quizás aún se digne a llegar, quiero creer que llegará escudándose por su retraso, que me dirá que hubo tráfico, la alarma no sonó o tuvo una pequeña emergencia, etc.

Pienso en los cientos de casos que puedan justificar su retraso. Esas posibilidades son como un rayito de esperanza para mí larga y desolada espera.

Y yo que di carrera para llegar a tiempo.

Por un momento el cielo fue iluminado por un relámpago, se extendió en varias direcciones en el cielo y cayó. Seguido de eso, la lluvia comenzó. Algunas personas se anticiparon y se resguardaron bajo techo, algunos abrieron su paraguas. Otras comenzaron a trotar con la frente en bajo, esforzándose para llegar a su destino secos.

Yo sólo retrocedí unos pasitos adentrándome al café, aún con la vista fija en la calle

Entonces sentí unos pasos a mis espaldas. Mi estómago se tensó. Un sujeto se detuvo a mi lado.

Apenas pude observar con el rabillo de mis ojos a alguien de pie con la vista al frente al igual que yo me alegré, casi al borde del alivio de que no me dejarían plantada. Pero luego de ese segundo, todo nervio se esfumó cuando identifiqué al sujeto, era Patrick.

—¿No te cansas de esperar, novata?

Entonces otro rayo cayó aún más fuerte. Me estremecí ante el intenso gruñido del trueno. La lluvia aumentó. Su pregunta me desenfoco de mi perspectiva. Entré en razón. Fue cuando acepté que no vendría Guillermo. Toda pequeña esperanza que tenía de que él llegara, así fuera tarde, se esfumó

Bajé la mirada y hablé

—¿ Ahora me persigues?

Me extrañó que esté aquí. Su turno terminó hace horas al igual que el mío ¿porque sigue en esta zona? Nuestros horarios son muy largos. Básicamente cuando salimos tenemos que dormir y descansar lo suficiente para el siguiente turno. No podemos darnos el lujo de salir mucho.

Suspiró y su mano cálida tomó la mía helada. Mi respiración se detuvo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Fue entonces que me di cuenta del frío que hace aquí cerca de la lluvia, y también que Patrick tiene unas manos muy suaves.

A través del Cast [en proceso]Where stories live. Discover now