—Elijah... —jadea e intenta detenerme pero tampoco hace mucho por apartarme. Ella lo desea tanto como yo.

Nisiquiera le doy cabida a las réplicas.

Tiene razón, es una bebé.

Una que con apenas dieciséis, casi diecisiete años le ha dado un giro de 360° grados a mi vida.

Estoy por cumplir diecinueve y debo aprovechar cada segundo que me queda con ella.

Papá me enviará dos años exactos a la escuela militar, como mi abuelo lo hizo con él.

Ella no lo sabe y sé que se va a molestar conmigo por habérselo ocultado pero el tema principal no es ese.

No sabré nada de ella durante todo ese tiempo y quiero, deseo, necesito sentir una vez más la prueba de ese amor adorable que desde el inicio me enamoró.

La llevo en poco tiempo hasta mi habitación, cierro de una sola patada la puerta y la dejo delicadamente sobre la cama. Me adueño de los apetitosos, rosados y carnosos labios que posee. Refriego contra su pelvis la erección prominente que amenaza con reventarme la bragueta del pantalón.

Esto me recuerda a nuestra primera vez juntos, íntimamente hablando.

Jamás he sido de los tipos a los que les gusta el sexo vainilla, ni mucho menos suave o delicado... pero con ella...

Con ella todo es diferente...

Me tomo el tiempo necesario para acariciarla, desnudarla y poseerla a mi modo.

Acaricia el la tinta de mis tatuajes atrayendo mi cuello con sus manos y mis labios a su boca.

Me retiro la camiseta y toda la ropa en general subiendo sobre su perfecto cuerpo ahora desnudo ante mis ojos.
Tomo con antelación un preservativo de la mesita que se sitúa a un lado de mi cama... pero ella lo aleja cuando intento romper el pequeño envoltorio.

Acuna de nuevo mis mejillas con sus manos y vuelve a besarme. Atrae mi cadera hacia ella anticipando lo que desea.

Sødme... —me mira agitada—, ¿Segura? —asiente con una radiante y hermosa sonrisa en los labios.

Jeg elsker dig, Elijah. —susurra en danés robandome una de las mejores sonrisas que tengo, solo por ella... a sabiendas que no comprende el idioma.
Le he enseñado, lo básico, pero esto no... y sus palabras más la bella pronunciación, hacen saltar mi corazón.

—Jeg elsker dig, sødme... —abro los húmedos pliegues de mi ninfa con la corona palpitante de mi miembro. Ella jadea aferrada con una mano sobre mi cuello y la otra en mi espalda.

Me pierdo en el vaivén de la inestable respiración y el latir de su desbocado corazón. Hundo el rostro entre su cuello y su cabello, besando la casi traslúcida piel mientras me abro paso en la el delicioso movimiento que me permite deslizarme en su interior, sintiendola por primera vez así... piel con piel.

Un leve y pequeño gemido abandona su garganta sobre mi extenso campo auditivo dandome el incentivo que necesito para llegar hasta el fondo. El estrecho, húmedo y cálido canal me recibe sin prescindir.

Embestidas, arremetidas con gemidos que quedan sueltos al aire. Calor que embriaga, hacerle el amor y el no saber si volveremos a estar juntos de esta manera, frustra.

Besos, lametones, sus uñas arañando mi espalda. Aumento los movimientos cambiando de posición. Ella sobre mi con los brazos sobre mis hombros, tomando los laterales de mi cabeza, me apoyo con un brazo extendido hacia atrás sobre la cama y con el otro marco el ritmo apretujando sus respingados  glúteos.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 #𝟏 |njh| © Where stories live. Discover now