Capítulo 15

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Ethan Ross.

La música vibra por las paredes, el sonido fuerte de las guitarras se deja oír mientras golpeo con fuerza las baquetas frente a mí. Las voces unidas cantando una canción que nos sabemos de memoria nos hace vibrar el pecho antes de que el abrupto silencio al finalizar la canción se deje oír.

—¡Sensacional! —grita Daniel con una sonrisa orgullosa en el rostro—. Parece que con cada día que pasa, se vuelven más talentosos.

—Debido a eso ¿podemos tener un breve descanso? —pido incorporándome.

—Es todo por hoy, los dejaré libres —dice—. Disfruten su fin de semana y por lo que más quieran, no se metan en problemas.

Mira a Stephen cuando dice aquello.

—¿Por qué todos me miran? Yo no causo problemas.

Daniel rueda los ojos. Dice un par de indicaciones más y luego sale del estudio.

En cuanto nosotros salimos, la pequeña bebé que Tania sostiene entre sus brazos enseguida se vuelve el centro de nuestra atención.

—¡Oh, pero miren esa preciosura! —exclamo cuando Harriet sonríe y mueve los pies como si diera pequeñas pataditas.

La tomo en brazos, ella ríe cuando dejo un sonoro beso en su mejilla y me deleito con el sonido alegre.

Harriet a sus casi cinco meses es una niña completamente risueña, ama ser el centro de atención, es toda sonrisas con la gente que la rodea y no parece molesta en ir de brazo en brazos con quien la abraza.

—¿Cómo es que creces tan de prisa? —inquiero. Ella toma el collar que cuelga de mi cuello y tira de él con el propósito de llevárselo a la boca. Se lo quito antes de que pueda conseguirlo.

—Ethan ¿tienes un segundo? —Colton asoma la cabeza por la abertura que hay entre la puerta y el umbral.

—Claro —respondo. Alexander aparece, tomando a su hija en brazos y antes de que pueda caminar hacia la oficina de Colton, me toma del brazo.

—A mí me gustaría que me advirtieran —dice adoptando un gesto serio—. Ya lo saben, Eth —expresa.

Tenso la mandíbula.

—No sé cómo se han enterado —masculla—. Pero Colton ha soltado algunas maldiciones, no están de acuerdo.

—¿Crees que se opongan?

Él se encoge de hombros.

—No lo sé, amigo —confiesa con una mueca.

—Gracias, Alex —él me dedica un asentimiento.

Tomo una inhalación intentando apartar la sensación tensa de mi cuerpo. Tan pronto como abro la puerta de la oficina, el gesto serio de los dos hombres me recibe.

—¿Pasa algo?

—Claro que pasa —masculla Colton.

Abre la carpeta, un par de fotos mías con Sophie aparecen en mi campo de visión.

Sophie Benson, nos habíamos conocido hace varios meses atrás en un evento de gala al que los chicos y yo habíamos asistido, no fue un flechazo a primera vista, más bien ella derramó su copa de champagne sobre mi costoso traje, la camisa blanca quedó con una horrenda marca amarilla y tuve que subir así a recibir el premio que la banda había ganado.

Sin embargo, luego de eso coincidimos en un par de eventos más. Se acercó para disculparse y por alguna razón, terminamos en la cama. Figuraba ser simplemente una noche de diversión, excepto que después de ese momento, nos volvimos más cercanos de lo que me gustaría admitir.

The Last DesireWhere stories live. Discover now