Los Hermanos Sakamaki......

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Narra serena:

Espero que mi vida a partir de ahora sea pacífica, calmada y normal como lo era hasta mis catorce años, solo quiero eso, ser común y corriente, dejar de preocuparme por el futuro, dejar de tratar de ser una princesa perfecta, me siento muy mal por saber que rini no, quiero decir serena probablemente no existirá pero no puedo vivir en una mentira, no puedo vivir en un una burbuja fingiendo que tengo una vida perfecta, simplemente no puedo, espero que mi pequeña hija me disculpe pero no puedo basar mi vida un una mentira.

Dejé de lado esos pensamientos o almenos lo intenté, cuando llegue a la puerta de esa mansión, toque la puerta pero nadie me abría toque nuevamente pero no abia respuesta ¿talvez no abia nadie? decidí que tocaría una última vez y si seguía sin respuesta llamaría al señor sakamaki para decirle que no se encontraba nadie en la mansión con esa decisión toque la puerta nuevamente para mi sorpresa esta se abrió por si sola no sabía si entrar o quedarme afuera, si entraba probablemente me causarían de allanamiento de morada pero podría disculparme ¿verdad? además a partir ahora viviría allí o simplemente me quedo aquí afuera, a decir verdad la manera en la que la puerta se abrió es digna de una película de terror, no obstante ya no creó en esas cosas de fantasmas y etc, dejé la cobardía hace tiempo sin más vueltas al asunto decidí entrar.

Con lentitud y cuidado entre a la mansión no se encontraba nadie a la vista, caminé con mis maletas un poco más y me detuve en el corredor.

Serena: HOLA, HOLAA HAY ALGUIEN AQUÍÍÍ - grité pero nadie respondió o llego y lo único que escuchaba era el eco de mi voz - valla, estoy en una mansión, solita y solo se escucha el eco de mis gritos de hace un momento - hice puchero - caminare un poco más haber si así encuentro a alguien - me resigne, agarre firmemente mis maletas y caminé un poco más.

Unos pocos pasos después vi un salón o algo así, estaba bien decorado al estilo antiguo eso creó, era muy bonito, sillones y........¡¡CIELO SANTO!! un chico pelirrojo dormía en uno de esos sillones, si se encontraba allí porqué no me fue a recibir a la puerta, talvez tenía el sueño muy pesado o algo por el estilo, me acerqué a aquel muchacho pelirrojo, era muy apuesto, tenía puesto un uniforme algo desareglado que le daba un aire de chico rebelde, olía muy bien y su cabello era muy bonito.

Serena: oye, disculpa - toque su hombro y lo moví ligeramente, pero seguía sin responder y la preocupación me invadió - tu....¿te encuentras bien? - toque sus mejillas con mis manos y estaba más frío que el hielo - estas extremadamente frío - acaricie suavemente sus mejillas, eran muy suaves - ¿estás vivo almenos? - sacudi mi cabeza inmediatamente luego de decir eso está vivo ¿sierto?, coloqué mi cabeza en su pecho y su corazón no latía - como es posible que tu corazón  no esté latiendo o tenga pulso......pero - me acerque a su carita y aspire ligeramente su aroma nuevamente - hueles bien - solté una pequeña risa, me di cuenta de lo que estaba haciendo y me levanté lo más rápido que pude - ¿que estoy haciendo? tengo que encontrar ayuda - miré a todos lados pero no se encontraba nadie, que bien cuando necesitas ayuda no aparece ni una mosca afortunadamente se primeros auxilios porque me obligaron a aprenderlos, solté un suspiro iva a girar asia a aquel chico, sin embargo sentí que tomaban mi muñeca y para mi sorpresa se trataba de aquel pelirrojo.

?????: maldición, eres muy ruidosa - dijo con fastidio aquel chico, supongo que mi costumbre de ser ruidosa no se me quitara nunca - ¡¿como es que te atreves a despertar a ore-sama?! - dijo bastante enojado.

Solo lo mire curiosa, hace menos de cinco minutos parecía muerto y ahora estaba como si nada, tengo que agregar que sus ojos eran muy bonitos y algo hipnóticos.

Serena: ¿te encuentras bien? - dije con voz preocupada, suave y toqué su mejilla con la mano que tenía libre, se sorprendió por mi acción - es que, tu no tenías pulso y en estos momentos estás..... - no pude terminar de hablar pues ese muchacho me jalo al sofá quedando debajo de el, corrió un poco la blusa que traía puesta dejando mi cuello expuesto.

Luna Nueva Where stories live. Discover now