06

640 31 0
                                    

El viaje a Brasil.

Debería estar contenta porque siempre quise conocer este país, pero la verdad es que no hay otra cosa en la que pueda pensar además de Foyth.

Éste es el último partido de la selección argentina este año y después cada uno va a volver a su respectivo club. Eso significa que Juan se va a ir de nuevo a España. Obviamente.

No imaginé que después de estar juntos tuviera más ganas de estar con él. Al contrario, pensé que al probarlo al fin se me iban a ir las ganas que le tuve desde el primer momento en que lo vi, pero no fue así.

En el avión no pude pegar ojo. No es la última vez que nos vamos a ver en la vida, claramente. Él iba a seguir siendo citado por papá para más partidos pero después de mucho tiempo. Para ese entonces no se sabe lo que puede pasar.

Intento dejar mi cabeza en blanco. Pensar que ya obtuve lo que quise. Lo probé, me gustó y listo. Nada más. Mi plan desde el principio. Pero es que entonces me viene a la mente su sonrisa genuina y sus ojos celestes mirándome fijamente. Sus  brazos sosteniendome y su cuerpo dandome el calor necesario.

Uf, si iba a saber que esto iba a pasar ni siquiera lo hubiese mirado ese día en el pasillo.

—¿Estás bien?—me pregunta mi papá cuando pasa por al lado mío. Yo asiento y le doy una pequeña sonrisa.

—Si pa, sólo cansada.

—Ya es el último viaje y después de esto a descansar.

El último viaje...

No se si alegrarme o ponerme a llorar acá mismo.

● ● ●

—¿Me estás ignorando, hice algo malo?—Foyth se sienta al lado mío y centra sus ojos en mi. No lo miro, sólo sigo con el celular.

—No Juan.

—¿Y por qué estás más distante?—su voz suena muy suave y hasta me llega a dar lástima. Levanto mi cabeza a observarlo.

—De verdad no pasa nada Juan y no debería preocuparte.

—¿Por qué no?

—Porque después de estos días lo más probable es que no nos veamos en mucho tiempo... si es que nos volvemos a ver.

—Sí que nos vamos a volver a ver—afirma desesperado. Le acaricio el pelo y cierra los ojos lentamente cuando siente mis manos sobre él.

Nos quedamos asi por un rato. Yo mimandolo y él dejandose mimar. Miro tranquila sus ojos cerrados, se ve tan relajado, sin ningun problema. Su piel es suave y se ve sin imperfecciones. Repaso con mis dedos sus rasgos faciales mientras su respiración se va haciendo cada vez más lenta. No sé si se está durmiendo o muriendo, pero yo lo sigo acariciando. Su tez pálida y su cabello rubio. Sus cortas pestañas, sus tersos labios. ¿Cómo se supone que vaya a olvidarme de este tipo?

Lo acuesto en la cama cuando me doy cuenta que se quedó dormido sentado apoyado en el respaldo de madera. Me tiro a su lado y me relajo también, dejandome llevar por el sueño y disfrutando sentirlo cerca.

● ● ●

Tomo mi té mientras mis ojos lo enfocan a lo lejos. Está hablando y comiendo con sus compañeros de equipo. Creo que están descansando a los brasileros, no creo que estén pensando en ninguna estrategia precisamente. Sus risas se escuchan hasta acá y eso que estoy bastante lejos.

Hoy es el día que se van a enfrentar a Brasil y después de eso se van directamente a sus casas. No hay festejos, no hay mucho más drama. Cada uno a su puesto.

Juan Foyth Where stories live. Discover now