02

820 47 12
                                    

Aunque yo no juego ni hago falta para nada en el plantel que viajó a Venezuela para el partido del viernes, igual me colé en el avión y ahora estoy en mi habitación de hotel en un país que nunca antes había conocido. Papá me lo permitió, de hecho me permite hacer todo lo que le pido. Aunque no lo hago muy seguido, de verdad tenía muchas ganas de viajar y conocer Venezuela.

Pongo mi maleta en el piso después de buscar lo que necesito porque tomé una ducha y me cambio con ropa limpia. Salgo de mi habitación y le mando un mensaje a Sebastian para preguntarle si ya está listo. Quedamos para salir a almorzar algo y de paso conocer un poco los alrededores.

No me responde pero igual salgo y me subo al ascensor para ir a su piso. Lo espero por unos segundos hasta que por fin llega y cuando las puertas se abren me quedo parada en mi lugar.

Foyth está adentro, con un chico más pero éste está mirando su celular. El rubio me mira y alza una ceja. En sus ojos se forman unas pequeñas bolsas cuando sonríe apenas.

—¿Subís?—me pregunta después de unos segundos. Yo embobada asiento y doy cortos pasos cuando entro. Toco el botón del piso de mi hermano e inhalo profundo. Nuevamente siento su perfume.

Él esta justo detrás de mi. Lo siento muy cerca y estoy segura de que sabe que me pone nerviosa porque siento que se aproxima un poquito más. Lo escucho suspirar en mi nuca y mi piel se pone de gallina. Cierro los ojos por unos segundos y me imagino lo que sería tirarme para atrás y que sus brazos me agarren y abracen. En mi imaginación no está el chico a su lado, sólo estamos él y yo.

Muevo mis dedos nerviosamente mientras él carraspea. No quiero pensar que estoy temblando pero creo que sí lo estoy haciendo.

Es sólo un chico, ¿por qué tanto alboroto?

Cuando llego al piso de Sebastian los chicos también se bajan. Camino hasta la puerta de mi hermano y doy varios golpes mientras que detrás mío siento como abren otra puerta.

—Si no te atienden no te preocupes, siempre que quieras podes venir a mi habitación—reconozco su voz. Me doy media vuelta y lo miro con mis labios entreabiertos. ¿De verdad acaba de decir eso?

—¿Gracias?

—De nada—me guiña un ojo antes de entrar y cerrar la puerta de su habitación.

Ay, si fuera por mi yo si entraría a tu habitación rubito...

Sebastian abre la puerta y su olor fuerte a colonia me hace fruncir la nariz. Se pone mucha cantidad.

—¿Vamos?—me dice cerrando la puerta atrás de él. Vuelvo al ascensor y mientras bajamos vuelvo a pensar en lo que acaba de decirme Juan hace unos minutos.

● ● ●

Estoy en la habitación de Exequiel jugando al truco con él, Gonzalo y Chino. Mi hermano está jugando a la play con Nico Gonzalez, el chico que estuvo hoy con Foyth en el ascensor. También está Nico Dominguez, Julian y el tucu.

Le paso el mate a Chino y pienso en que carta tirar para ganar segunda. Si tiro el tres me la pueden matar, pero el siete de oro me lo quiero guardar para la tercera. Lo miro a Exe y le hago las señas de las cartas que tengo.

—Pone—me dice simplemente y yo le hago caso. Tiro el siete y después el tres. Montiel canta el truco y mi compañero acepta. Como era de esperar, me mata el tres con el uno de basto—. Quiero retruco—sonríe Palacios y recibe el mate que le tiende Lucas. Gonzalo acepta y Exe la mata tirando el uno de espada.

Chocamos las manos y celebramos como si hubiesemos ganado pero en realidad todavía estamos perdiendo por muchos puntos. Los puntos que ganamos hay que festejarlos como si fueran los últimos.

Juan Foyth Where stories live. Discover now