03

687 37 1
                                    

Palacios está en mi habitación. Estamos viendo la tele con chismes nuevos de LAM. Ésta noche tienen el partido contra Venezuela y en vez de estar nervioso o ansioso está acá conmigo mirando un programa de chismes y puterio.

Me da un mate y yo escucho atenta a lo que dice Laurita Fernandez.

—Esta chica me parece de lo más asqueroso que pueda encontrar en la televisión. Se la da de santa y es una tremenda hija de puta—opino en voz alta. Exe se ríe.

—Está re buena—dice solamente.

—Si, pero no tiene nada que ver. Es un asco de persona y no sé por qué le siguen dando trabajo.

—Por personas como vos que les gusta el chisme alimentan el raiting.

—Callate—le digo nada más porque sé que tiene razón. Y no tengo nada más que agregar.

Tocan la puerta de mi habitación y me alarmo. Las únicas personas que saben mi número de habitación son Sebastian y mi papá. Sebastian se fue hace un rato asique él no puede ser.

—Papá—lo miro con los ojos grandes y él se carcajea—. Te digo en serio boludo es Scaloni—Pala no me hace caso y se sigue riendo. Se acomoda mejor en la cama y apoya sus brazos abajo de su cabeza—. Escondete boludo—pido cuando vuelven a tocar la puerta.

—Abri de una vez.

—No, te va a ver papá. Escondete.

—Podes abrir de una vez—repite.

Me dirijo a la puerta y lo miro por última vez antes de entreabrir la puerta. Me pongo en el medio para que no puedan ver quién está adentro.

Espero encontrarme con mi papá cuando asomo mi cabeza afuera pero veo a una persona totalmente distinta.

—Buenas—me sonríe el rubio. Me embobo mirandolo.

—¿Qué haces...? ¿Cómo...?—no termino las preguntas porque estoy tan tonta y sorprendida de encontrarlo frente de mi puerta.

—¿Me dejas pasar?— me pregunta y lo hace con tal delicadeza que me pone a mil el corazón. No puede ser tan tierno.

Abro la puerta para que pase y se saluda con Exequiel.

—Es injusto que tengas pieza para vos sola y que nosotros tengamos que compartir. Encima que vos ni jugas—se queja como nene chiquito tirandose en mi cama al lado de Palacios.

—Deja de llorar. ¿Qué haces aca? ¿Cómo supiste mi número de habitación?

Foyth se acomoda mejor en mi cama y me hace seña para que me acueste al lado suyo pero ya no hay lugar. Lo ocupan todo él y el ex river.

—Vine a visitarte. Recibí un mensaje con tu número de habitación y pensé que era buena idea pasarte a ver. Así como yo te di suerte en las cartas espero que puedas darme suerte en el partido—cuando ve que no me voy a acostar toma mi mano y me tira al lado suyo, casi encima.

Hay muy poco espacio en la cama y tengo medio cuerpo apoyado y medio en el aire. Lo único que evita que me caiga es el brazo de Juan sosteniendome de la cintura. No puedo respirar tranquilamente teniendolo así de cerca y encima tocándome.

Exequiel sigue pancho viendo la tele y es ajeno a nosotros. Subo la mirada a la suya celeste y éste me sonríe.

—¿Vas a darme suerte o qué?—siento su aliento en la cara y asiento casi de inmediato.

—Te voy a dar todo lo que quieras—digo inconscientemente y enseguida me arrepiento. Eso me salió de los nervios, de no poder pensar bien porque lo tengo agarrandome y pegandome a él.

Juan Foyth Where stories live. Discover now