Epílogo

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Narrador omnisciente:

Ya eran más de las doce de la noche, y efectivamente regresaba a ser luna llena. Megan se moría de ganas de ver a Damon y su pobre lobito todavía no se había despertado, Alice le explicó que su hermano estaba demasiado débil por todo el esfuerzo de regresarla a ella del más allá y para rematar, hablar mentalmente también cuando despertó.

Por ello y la poca paciencia que le dieron cuando nació, había tomado la decisión de despertarlo ella misma y fortalecer a su hombre. Sí señor, la morena sufrió una conversión antes de sus afamados veintidós años y todo fue parte de un plan de Owen y el alfa para salvarle la vida. Como su madre era híbrida y su padre un vanir, pues ella también era inmortal, eso podía salvarla... aunque todos saben que quien obró ese milagro fue Damon.

Desde que había despertado pensaba a cada minuto sobre todas las cosas que él le había revelado al pensar que moriría. Cómo la había mantenido viva, haciendo de ancla entre los dos mundos. Estuvo pegado a su cuerpo y no la soltó nunca, incluso cuando perdió por completo su energía y Mael trató de llevárselo, él se negaba a soltar su mano.

Realmente no debía ir a despertarlo, según Owen eso estaba contraindicado y su primo debía descansar, pero era luna llena y su necesidad de él la animaba a adentrarse y fortalecer a su compañero. Quería vincularse nuevamente con él.

Abrió la puerta con cuidado y se deslizó dentro paso a paso, trataba de no hacer ruido. La habitación olía a él, a chocolate, algodón de azúcar y menta. Enseguida sintió cómo le hormigueaban los pequeños colmillos que se le desarrollaron de su parte vaniria y que aún la asustaban, la tomaban desprevenida esos sentimientos.

Él llevaba días sin alimentarse como era debido y aunque Owen y Logan le colocaran sueros, eso no era suficiente como para que él recuperara toda su fuerza. Megan se acercó a la cama, ya le habían retirado todos esos cables y equipos que tenía pegados a su cuerpo. Estaba delgado, aunque no dejaba de ser un jodido dios del pecado.

La híbrida estaba tan enamorada de él que le dolía el pecho verlo tan desprotegido, herido y vulnerable. Se inclinó para darle un beso inocente en la frente y lo observó anonadada
mientras le acariciaba el pelo y la barbilla.

Mo duine

Se acarició el cuello inconscientemente rozando la marca de posesión del alfa y se le erizaron
los pezones. Ella le observó enternecida y por mucho que lo deseara no podía vincularse con él esa noche. A Damon se le veía que necesitaba un poco más de descanso y Megan decidió que se lo iba a dar porque lo quería a su lado para que repitiera cada palabra tierna y linda que le había dicho antes.

Suspiró, esperaría hasta mañana para verlo abrir esos bellos ojos color turquesa, pero tenía tantas ganas… una parte por sus instintos ahora revelados que salieron a flote en la conversión y otra porque todos la habían puesto al día de cuánto amor le prodigaba el alfa. 

— Te veré mañana, lobito...

Se dio media vuelta para salir de la habitación, deprimida por no poder abrazar, besar y curar a su hombre, además de calmar el ardor que sentía entre sus piernas y el fuego que abrazaba corazón. Intentó abrir la puerta pero no pudo, pensó en que a lo mejor se había trancado o algo se habría atascado. Con un poco más de fuerza pero limitándose para no hacer ruido intentó sacudirla de nuevo y no consiguió nada, si no podía salir por allí trataría por la ventana.

Dispuesta a abrir el ventanal, miró hacia arriba con un suspiro y se llevó una gran sorpresa, vio la fuerte mano de Damon que sostenía la madera para que ella no saliera y se quedara a su merced. La morena se giró bruscamente y chocó contra su pecho desnudo.

Son of the NigthWhere stories live. Discover now