Capítulo #14

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Estoy actualizando la historia solo porque conté los días que faltaban para poder actualizar... estaba súper emocionada pero otra vez ni caso le hicieron al otro capítulo 😢 en fin, espero que les guste.

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Narrador omnisciente:

Ella estaba débil, magullada, herida profundamente en su orgullo y, sin embargo, todavía peleaba como toda una guerrera. Damon admiró su gran valentía que hasta cierto punto rozaba la estupidez. Si no fuese quien era, puede que…

¡Aagh! No comprendía aún porque le hormigueaban tanto los colmillos, quería morderla... dejar su marca pero esas cosas solo se reservan para su kone.

— Monstruo ¿cómo se hacen llamar? —lo miró de arriba abajo
conteniendo la ira que la carcomía.

— ¿De verdad quieres que crea que no tienes ni la menor idea? Vamos Megan, eres de los nuestros... no te hagas la desentendida.

— Maldita seas, te he dicho que no te conozco. No te he visto en los jodidos 21 años que tengo, agh es tan difícil que lo entiendas.

— Ja, ja. Veintiún años dice, vamos Meg... que no te avergüence tu edad, sabes muy bien que no es esa. Eres una originaria. ¿Cómo diablos una originaria tendría esa edad?

— Pues la tengo pedazo de imbécil, y estoy ya cansada de decirte que no sé de qué hablas. Os merecéis todo lo que os hagan ¿sabes?

«¿Es que no le tenía miedo? ¿No había tenido suficiente con todo lo que le
estaban haciendo? ¿Por qué no le temía?»

—No me das miedo en absoluto —añadió con asco y desprecio la azabache.

Ni pensarlo. Si había alguien que debía temerle a ese chico, esa persona era ella. Él sonrió con malicia ante sus palabras.

—Veo que crees que lo que hiciste está bien —comentó alargando de
nuevo los colmillos, ya no podía más.

Ella despertaba algo muy primitivo y animal en él, algo que Damon no entendía.

— Bien. No te cubras, perra —le ordenó.

— Vete a la mierda. —Megan no lo pensó dos veces, abrió la puerta del asiento trasero y se lanzó... chocando así fuertemente contra la carretera.

— ¡Mierda!

Damon abrió los ojos como si fuesen dos platos y frenó para saltar y tomar a la chica en brazos, Megan estaba ligeramente golpeada. Se había raspado un poco el antebrazo y parecía estar inconsciente.

«Menuda loca» pensó el aesir.

Aún en ese estado seguía abrazándose los pechos, Damon seguía sin apartar la mirada de ella y de esos labios
temblorosos.

La suerte fue que él frenó en seco y paró a un lado de la carretera, de esta forma ella no pudo escaparse... si ese era su cometido pues, falló. Cogió la palanca de posición del asiento de Megan y lo echó para atrás, dejándola estirada y se incorporó en su lugar pero al rato de estar conduciendo, sentía cada vez más fuerte la necesidad de esa chica.

Se desabrochó el cinturón de seguridad y de un salto se colocó encima de ella tratando de despertarle. Ella debía sufrir, no dormir plácidamente como un ángel.

— Con tus estúpidos planes has matado a mujeres y niños —le susurró volviéndola a agarrar del
pelo y forzándola a levantar la cara hacia él para que despertase— Asesinaste a una pequeña de tan solo 7 años porque descubrió tus planes. ¿Crees que te dejaré dormir la mona  de siesta solo porque te tiraste del auto? No señorita, esto me duele porque eres una mujer y las mujeres no están echas para sufrir pero tú... eres una mala persona. —Le tiró del mechón— Te mereces todo lo que yo te haga a partir de ahora.

Son of the NigthWhere stories live. Discover now