Él es el infierno de Aspen; Aspen la salvación de él. Un par de extraños con problemas que los arrastran hasta sus mayores temores, tal parece que ella no tenía suficientes problemas.
El infierno que viene con él, llama a Aspen hasta que ambos termi...
— Cuida a Aspen o voy hacer tu vida imposible — digo entre dientes
— No me das miedo — rueda los ojos — Yo te hice ser así, que no se te olvide.
— Cuando quieras lleva tu maldita pirotecnia y yo llevo mis cuchillos para saber quien gana — digo entre dientes
— Quién lo diría, ahora los lanzallamas se llaman pirotecnia, con lo egocéntrico y narcisista que eres dudo que quieras que tu rostro termine desfigurado — dice con molestia
Él se adelanta a la puerta y lanzó un jarrón contra ella con la intención de que impacte en su cabeza, pero cierra la puerta justo a tiempo.
Mi hermano y yo tenemos serios problemas, más allá de los psicológicos el más grande de nuestros problemas es quien manda a quien, por mucho tiempo creí que él era el que derigia, pero, él siempre ha sido el más inestable de los dos lo cual me hace dudar.
Aspen P.
Oficialmente mis costillas están rotas o al menos eso lograron descifrar a simple vista, no se si sea por el impacto con la roca o el hecho de escuchar mis huesos crujir.
No se con exactitud que ha pasado con Acs, realmente solo me importa seguir respirando o intentar hacerlo.
— ¿Dónde está tu compañero? — cuestiona el oficial el cual se acerca a mi camilla
— ¿Se ha roto las costillas y a rodado sobre rocas y ramas las cuales se incrustan en tu piel? — digo con dificultad
— Yo no...
— Sí, lo supuse — hago una pausa para poder respirar — Si me hace favor no me moleste en este momento si no quiere saber como se siente.
— No puede amenazarme de esa forma, es un delito — indica de manera firme
— Yo no escuche una amenaza, fue más una advertencia, además usted es el maldito policía, debería hacer su trabajo y no preguntarme a mí.
Cierro mis ojos mientras me suben a la camilla, ya no tengo que ir a la comisaría gracias a mi estado por lo que ellos llegarán al hospital, pero dudo que Acs sepa sobre eso.
— Disculpe — le digo en susurro a la enfermera
— No te mueves querida — dice de manera dulce
— Necesito que llame a alguien y le diga que debe ir al hospital, por favor.
Ella asiente y le comienzo a dictar el número de teléfono de Arwan ya que él es quien debe de hacer todo esto. Tal parece que mi tranquilidad debe esperar un poco más.
El sonido estruendoso de la ambulancia hace que quiera lanzarme a la calle para poder deshaserme de aquel molesto sonido junto a los aparatos que me ayuda a respirar.
— Te va a doler un poco, debemos bajar la camilla para poder entrar al hospital — me advierte la enfermera
— Por favor háganlo rápido o soy capaz de matarme con la aguja que esta pasando suero a mi cuerpo.
Ella me observa con espanto y esboza una sonrisa intentando disimular su preocupación e incomodidad.
Comienzan a mover la camilla haciendo que mis huesos duelan al tocar el suelo, suelto un quejido y me sujeto de la camilla para no gritar, el dolor es insoportable y el sabor a sangre es aún peor.
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Bueno, no se sinceramente entreAcs y Arwanyo me quedocon los dos.
¿Qué les parece todo?
¿Qué piensan que pasará?
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