➪ 30.

4.5K 908 380
                                    

Jamás se había quedado tan quieto en su vida. Por un momento incluso se pregunto que era una prueba de embarazo, su cerebro hizo cortocircuito.

Boqueo, sin saber que más hacer o decir. Decir que estaba estupefacto era poco, para ser sincero. El sentimiento que le recorrió el cuerpo en ese momento se sentía irreal.

Observo a Takashi con una radiante sonrisa, pero al descubrirlo cabizbajo se alarmó, inhaló un poco al aire, descubriendo el fuerte aroma a miedo y desesperación que desprendía el omega.
Se trago su emoción y se inclinó hacia el omega preocupado.

—Hey bonito, voltea — hablo, intentando llamar su atención, cosa que logro varios minutos después.

Takashi le devolvió la mirada con ojos repletos de lágrimas y Hakkai no resistió el impulso de acunarlo en sus brazos, haciendo que el omega se acomodará ahí, buscando protección.
Lo cargo en brazos hasta el sofá y le arrullo por al menos una hora hasta que el omega pudo mantenerse por si mismo, Hakkai nuevamente presenció que lo más importante en la vida de su novio eran sus hijos, pues simplemente recobro toda su fuerza porque era hora de ir por ellos.

Ambos compartieron el corto viaje en auto en silencio, Takashi porque estaba demasiado ocupado pensando en las miles de probabilidades del futuro próximo y Hakkai porque no quería incomodarle, sean cuál fueran las razones, ninguno hablaba.

Recibieron a los gemelos en un incómodo silencio, mismo que solo Yukine pudo notar así que el también guardo silencio, tan receptivo como lo era. Más tarde Yuu se canso de hablar y recibir solo monosílabos por respuesta, así que el también dejo de hablar.

De camino a casa Hakkai se desvío ligeramente y se estacionó frente a una farmacia sin decir nada a pesar de las confusas miradas de los dos menores.

•••

Espero a que los gemelos estuvieran dormidos para pasarle las pruebas y su novio las tomo sin decir nada.
El día había transcurrido de esa manera, con un Takashi extremadamente callado y distraído y el, demasiado preocupado pero haciéndose cargo de lo que los gemelos necesitarán, pues su padre no se encontraba en condiciones óptimas.

Ambos estaban en el sofá, viendo las pruebas sin usarse en la mesita de enfrente, el silencio se tornaba cada vez más pesado y cuando Hakkai finalmente se armó de valor para hablar, Takashi se adelantó.

—Hakkai. — le llamo. El le observo de inmediato y espero que siguiera hablando en espera de lo que diría —¿Podrías... T-te veo mañana? — pregunto, dudoso y con tono nervioso.

Hakkai jamás había captado una indirecta tan rápido en su vida, era obvio que su pareja quería estar solo y le estaba invitando muy amablemente a irse.
Suspiró bajo, seguía preocupado pero iba a respetar su desición igualmente.

Se levantó del sofá y dio un paso más hacia Takashi antes de inclinarse para dejarle un suave beso en la frente, tan delicado como una caricia. Después se separó y camino hacia la puerta, donde finalmente se detuvo y volvió a mirar a Takashi, que también le observaba.

—Estaré aquí... Cuando quieras hablar conmigo, ¿De acuerdo? — sabía que su novio estaba consiente de eso, pero aún así sintió la necesidad de dejarle en claro que estaba ahí y no iría a ninguna parte.

Las siguientes horas en su hogar resultaron un infierno, para ambos.

Por un lado Hakkai, que no podía con la incertidumbre y la preocupación que le pesaba en el pecho como rocas.
Y por el otro Mitsuya, que comenzaba a arrepentirse de haber echado al alfa, porque justo en ese momento se sentía muy solo.

Finalmente tomo las pruebas, se armó de valor y camino con una calma que no tenía hasta el baño, en el segundo piso.

Uso la primera y estaba esperando por el resultado, pero cuando fue tiempo, no se atrevió a verlo.

Se sentó en el inodoro sin ver la prueba y se quedó ahí, sumergido en sus pensamientos.

La noche había caído hace bastante rato, y el silencio y la oscuridad en su hogar por primera vez desde que vivían ahí, no era acogedor.

Se puso de pie, repentinamente ocasionando un mareo que le atacó de imprevisto, lo ignoro y se dirigió hasta dónde había dejado la prueba, encima del lavabo. La tomo rápido, antes de arrepentirse y la miró.

Casi se hecha a llorar, un miedo aplastante le recorrió, ahogando por completo la felicidad que sentía al respecto. Dos rayas verticales solo habían significado algo una vez en su vida hace muchos años y ahora no estaba muy seguro de que esperar en esa ocasión.

Se apresuro a usar las pruebas restantes, obteniendo la misma respuesta de todas ellas, dos rayas verticales que se exponían frente a el como la profecía de un buen o mal destino.

Minutos más tarde se dejó caer en su cama, completamente abrumado y asustado. Se sintió nuevamente como ese niño de catorce años que no sabía que le pasaría al día siguiente.

Se sentía vacío y no tardó en notar que era porque su omega pedía entre súplicas el consuelo de su alfa.

Estaba por quedarse dormido, entre lágrimas y lamentos, cuando el timbre sonó. Estaba pensando muy seriamente ignorar el sonidito y seguir durmiendo, pero en primer lugar era muy molesto y en segundo, podía ser una emergencia.

Se puso de pie y suspiró buscando su fuerza de voluntad para fingir que todo estaba bien antes de abrir esa puerta.
Eran casi las 2:00 de la mañana y su omega casi rezaba porque se tratará de Hakkai.

Bueno, tuvo una decepción bastante amarga.

La sonrisa que lucía Haitani Ran se borró apenas observo el estado del omega.

—¿Y a ti que carajos te paso? — pregunto, y Takashi no sabía si se estaba burlando o realmente quería saber. Le dirigió la mejor mirada de hastío y disgusto que había en su arsenal y quiso cerrarle la puerta, pero el pie del alfa se interpuso.

—¿Que quieres? — su voz salió ligeramente más ronca, debido a las largas horas de llanto que había producido anteriormente.

—Parece que te atropello con camión. — contesto, aunque eso no aclaró para nada la duda de Takashi. El omega le mostró el dedo medio y trato de cerrar la puerta, pero de nuevo no lo logro. —Ya, perdón. Quería hablar contigo — aclaró, con prisa para evitar que le volvieran a cerrar la puerta en la cara.

—No es un buen momento.

—Si, ya ví — contesto el alfa, dándole otra mirada al aspecto de Takashi. El omega casi quiso reír por la curiosa expresión de susto del alfa. —¿Que te paso?

—¿Porque debería decirte? — contesto, a la defensiva.

—Buen punto, de acuerdo. Entonces, ¿Podemos hablar?

FUTURE ⸻ MitsukkaiWhere stories live. Discover now