You are my princess(Wigetta).

🌸Extra.

『 au 』

Samuel no se consideraba alguien que odiaba a los niños, hasta ahora. 

Había estado toda la mañana con los nervios atrapados en su garganta, sus manos sudaban mas y su cabeza daba vueltas. Sabia que no era la primera vez, pero siempre se sentía como si lo fuera. Ver a Guille cambiaba su mundo, lo desordenaba y le daba tranquilidad. Movía todo para ponerlo en el lugar correcto.

Así que su día había comenzado agitado, corriendo hasta el gym y poniendo sus sentimientos en los ejercicios, intentando despejar su mente y pensar algo coherente. Aun no estaba decidido que harían esta tarde pero muchas opciones parecían las correctas; una cita al aire libre, una caminata por la playa, viajar en auto sin rumbo alguno solo siguiendo la carretera o quizás algo mas clásico como el cine, ir al teatro o alguna cena en un restaurant. Deseaba poder hacer todo.

Suspiro resignado y trato de alejar un momento sus pensamientos, tal vez preguntar la opinión de Guille era buena opción, aunque el quisiera que fuese algo sorpresa, ahora no podía evitarlo ¿Qué tal y si todo lo que el pensaba era una mala idea? Dios, ¿Por que era tan difícil?

Cuando llego a casa, el rostro de su madre asomándose por la puerta de la cocina le recibió. Tenia una sonrisa enorme y sus ojos brillaban de emoción, si hubiese podido Samuel hubiese pasado de ella, pero como se trataba de su madre, no podía, no debía.

-¿Estas nervioso?-pregunto saliendo de allí y caminando frente al dándole un beso en la frente, el asintió- No es la primera vez ¿Por que lo estas?-rio suavemente- No importa, de todas formas el va amar lo que tu elijas cariño- y volvió nuevamente a la cocina.

Por supuesto que conocía al grandulón idiota de su hijo, lo había parido y criado, tenían un lazo irremplazable. No importaba que el fingiría algo que no, ella siempre lo sabría, además su rostro era transparente y la noche anterior no había podido dormir por los gruñidos de Samuel al decir que todo estaba mal. Suspiro pensando en su hijo y como pasaba el tiempo, se sentía nostálgico y aunque unas lagrimas salieron de sus ojos, ella culpo a la cebolla.

El reloj marcaba las 4:50 y Samuel ya se encontraba dando sus últimos retoques. Sin exagerar había pasado media hora acicalándose, caminando de un lado a otro. Finalmente estaba preparado para partir, había escogido unos pantalones negros apegados a sus piernas, una camisa con los primeros botones desabrochados, mostrando su pecho y unas zapatillas blancas, cómodas. Dio un ultimo vistazo al espejo y asintió, acomodándose un poco el pelo. Agarro una chaqueta de mezclilla y corrió escaleras abajo.

-Adiós mama- y azoto la puerta.

-¡Por dios, Samuel!

Mientras caminaba a la casa de al lado, revisaba si tenia todo lo que necesitaba. Las llaves, la billetera y el dinero, hizo un chequeo mental y sonrió al estar todo bien. Respiro profundo unas cuantas veces y limpio sus manos en la chaqueta, odiaba sentirse tan nervioso, ni siquiera entendía el porque. Estando al frente dudo y dio unas cuantas vueltas en círculos, seguramente si alguien lo veía pensaría que estaba loco, miro hacia el lado y su madre y Frank le miraban por la ventana, ambos le alzaron el pulgar. Su mano actuó por su impulso y toco la puerta.

Para cuando cayo en cuenta, miro al frente y se decía a si mismo que todo iba a estar bien, esperaba que su cerebro le engañara y creyera en esas palabras. La puerta se abrió unos segundos, muy largos, después. La escena avanzaba lentamente y una desesperación le invadió, quería ver el rostro de Guille y besarlo, pero todo se desmorono al ver una pequeña cara y unos ojos grandes mirándole.

Estuvo tan ensimismado con ese pequeño rostro que no noto al chico detrás de ese ser. Su cabeza dio una vuelta y se sintió algo mareado; no entendía nada ¿Quién era ese bebe? ¿Acaso era hijo de Guille? Sintió un pequeño mareo y antes de que Guille dijera algo, Samuel cayo de rodillas, asustando al mas pequeño.