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Suzuna reconocía la dirección, se maldijo a sí misma justo en la entrada de la residencia Uchiha. Sus demonios volvían a salir a flote, todos esos recuerdos, todo ese dolor.

Saori tomó su mano, y ese gesto la regresó a la realidad.

—¿Mamá, qué es este lugar? Está muy... vacío.

—La residencia Uchiha. —comenta ella, entrando de una vez por todas de la mano con su hijo. —Aquí vivieron personas maravillosas, tú no lo conociste pero tenías un tío genial. Era tan perfeccionista, pero gracias a eso hacía un desayuno perfecto.

—Me hubiera gustado conocerlo. —dice él, escuchando sus palabras.

Suzuna fue contando diferentes anécdotas con Itachi y Shisui, en ningún momento tocó el tema con su padre por temor a cómo ha cambiado hasta ahora, no quería ilusionar a su hijo y después ver la cruel realidad.

Suzuna se detuvo frente a la puerta de la casa Uchiha, esa antigua casa donde llegó a comer junto a Mikoto e Itachi, esa casa que conocía de memoria y que le traía demasiados recuerdos. Deslizó la puerta y asomó su cabeza.

No había nadie.

—Espera aquí. —Suzuna deja a su hijo justo en la entrada mientras ella caminó por los pasillos de aquella casa solitaria, no sentía a Sasuke por ningún lado. —¿Sasuke?

Justo lo nombró cuando el Uchiha mayor atravesó un umbral y la atacó, Suzuna actuó rápido creando una katana de madera, detuvo su kunai pero no pudo evitar golpearse contra el muro por el impacto.

—¡Madre! —gritó Saori, asustado. El Uchiha dejó de presionar el kunai al ver a la mujer frente a sus ojos. Sintió a alguien más pequeño empujarlo, Sasuke miró al chico albino con el sharingan activado que se había metido entre los dos para protegerla.

Sus manos temblaron. —Suzuna. —la nombró sin mirarla a ella, porque lo miraba a él. — ¿A-acaso él...?

—Saori, como tu querías, te presento a tu padre, Sasuke Uchiha. —Suzuna toca el hombro de Sasuke y lo mira mejor, su cabello había crecido y su flequillo cubría su ojo rinnegan, como ella. Su vestimenta era otro tema, pues llevaba una camisa de vestir púrpura con un chaleco café, pudo observar la ausencia del brazo izquierdo que perdió hace años. —Sasuke. —lo nombra, el Uchiha la miró. — Es un gusto verte. Él es tu hijo, Saori.

Saori no sabía qué hacer o pensar, creyó que ver a su padre sería un reencuentro emotivo, que se sentiría feliz y emocionado por tenerlo a su lado, pero ese hombre frente a él no le daba la pinta ni el sentimiento de ser su padre. Definitivamente no le agradaba.

Sasuke volvió a mirar a su hijo, ya no tenía el sharingan activado.

—Así que obtuvo el sharingan. —murmura emocionado, Suzuna asiente.

—Sí, eh... Saori insistió en querer venir. —dice ella alborotando del cabello de su hijo, éste miraba con odio a su padre. —Tal vez quieran conocerse así que planeamos quedarnos un tiempo. —dice ella después de un silencio incómodo.

—Pueden quedarse el tiempo que quieran, sabes que ésta también fue tu casa. —murmura Sasuke con dulzura en su voz, con miedo de que cualquier movimiento brusco cause que Suzuna quisiera irse de nuevo. Ella asiente.

—Bueno, me gustaría darme un baño. Si no te importa... —él niega.

—Sabes dónde está el camino. —afirma. Suzuna asiente incómoda bajo su mirada, toma su mochila y se encamina al baño. Sasuke no le quita la mirada de encima hasta que la ve desaparecer. Saori da un chasquido que llama su atención.

𝙼é𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚄𝚌𝚑𝚒𝚑𝚊 . |𝑆𝑎𝑠𝑢𝑘𝑒 𝑈𝑐ℎ𝑖ℎ𝑎|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora