El Poder del Amor © Yoonmin (Omegaverse)

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El amor es algo hermoso, algunas veces es doloroso Amar, ya que ese amor no es correspondido. Pero para Yoongi, un Alfa serio y sin interés en ningún Omega, el amor es algo horrible, que lo tierno y hermosa era algo horrendo. ¿Pero quién lo hará cambiar de opinión? ¿Quién le mostrará que es el amor?...

Yoongi yacía en su habitación junto a su mejor amigo, y Alfa de tes morena acaramelado, si tendría que definir a su mejor amigo lo haría, el era hermoso, tenía hombros anchos, su sonrisa deslumbraba felicidad, y sus oyulos demostraban confianza. Sentía un gran afecto hacia su amigo, pero "no era amor".

- Debemos terminar esté trabajó cuanto antes -habla el Alfa de tes morena, Yoongi asintió dándole toda la razón, si bien, su amigo siempre tenía razón, nunca fallaba en sus instintos y eso lo sabe Yoongi-

- Lo sé, pero ya me cansé, descansemos -dejo las tijeras a un lado, acostándose cerrando sus ojos gatunos, su amigó lo miro incrédulo, este al sentir una mirada en su persona abrió un ojo- ¿Que? -el castaño oscuro negó, dejando los materiales que tenía en manos a un lado-

- Yoongi, hace unos cinco minutos que salimos del mini descanso -el nombrado bufa y se levanta con flojera de la cama- ¿a dónde vas? -el peli plata no hizo caso y salió de su habitación- Diosa dame más paciencia -tomo las tijeras y empezó a cortar las imágenes-

Después de un rato, Yoongi entro a su habitación con mucha comida, el castaño oscuro miro a su amigo con su ceño fruncido.- ¿Ahora que? Por qué me miras así -bufo, llevando unas papas a su boca- Tengo hambre -dice con dificultad por la comida en su boca-

- Por la Diosa, Yoongi, debemos acabar el trabajo hoy -se levantó de la cama dejando todo lo que tenía en manos, Yoongi ignoró a su amigo y se dirigió a la cama, para acomodarse en está- Si sigues así, no acabaremos nunca -bufo molesto-

- No te esponjes Nam, aún son las 5 de la tarde -llevo su bebida a su boca, absorbiendo está para disfrutar la soda- ¿Por cierto como vas a con Seokjin? No espera.. no me importa -cierra sus ojos mientras disfruta una rica rosquilla-

- Eres un caso perdido -suspira cansado- Y para responder tu pregunta, vamos bien ¿si? Pronto llegará su celo y necesito acabar esto pero ya -el peli plata sonríe pícaro- ¿que? -yoongi niega sin borrar su sonrisa-

- Debes de darle muy duro para que en la escuela camine como si se hubiera roto la pierna -Nam bufa y no evita sonrojarse- Awww mi Nam se sonrojo -dice burlándose de la cara de su amigo- Bien, ya, terminemos ésto, para que le des bien duro a Jin -rie al un golpe propinado por su amigo-

Le encantaba molestar a Nam y a Nam le gustaba golearlo de vez en cuando por las estupideces que su amigo decía.

- A veces me pregunto si tu Omega te soportará -el semblante de peli plata cambio a uno serio, no le gustaba hablar de romance, y menos de su futuro Omega, ¡Tonterías! El no creía en el amor y punto- bien, lo siento -se disculpó sin mirar a Yoongi, este no le tomo mucha importancia-

- Namjoon, sabes que no creo en el amor, solo en el de Seokjin y tú, sé que amas a Jin y nunca lo dañarias, y si lo haces te mato -dijo con una mirada asesina, el castaño oscuro asintió comprendiendo a su amigo, sabía todo lo que paso el Alfa para que no crea en el amor- Tu y Jin son muy cursis -hablo con una mueca de asco-

- Yoongi.. -el mencionado interrumpió a su amigo rápidamente, sabía que tocaría ese tema otra vez-

- Mira ya terminé mi parte, ahora solo tengo que ir al baño, ya vuelvo -sin más dejo la habitación, Namjoon pudo notar algunas lágrimas que caían por las mejillas del peli plata, que rápidamente fueron borradas-

- No eres como tú padre... -dijo susurrando-

Yoongi había sufrido mucho desde pequeño, su vida estaba hecha un lío, su Padre, un Alfa despreciable y un corazón podrido. Yoongi deseaba no tener su misma sangre, lo odiaba con toda su alma, el fue la razón de su Madre no esté a su lado, una Omega dulce y hermosa, fue su luz cuando ese hombre trato de golpearlo, no se arrepentía de haber mato a ese hombre asqueroso. Por su culpa, sunhe, su madre, nunca fue feliz, pero fingía serlo cuando estaba con su pequeño cachorro.