Todos tenían conocimiento de su ojo Sharingan y Rinnegan, sumando que era la única heredera del elemento madera que pudo hacerle batalla a Madara, junto con Gai.

Y sola tenía que soportar todos los comentarios sobre ella, sobre su embarazo y sobre su abandono. Ella sola.

Entonces pensó en Itachi, caminando alrededor de la aldea lo recordó. El Uchiha siempre le decía que ignorara a los demás, puesto que ella siempre llamó la atención por juntarse con ellos.

No sabes cuánto deseo que estés aquí.

Suzuna llegó al puesto de ramen y tomó asiento con lentitud, por alguna razón apenas cumplía un mes pero su vientre ya era notorio. Para colmo, se volvería gorda.

—Un ramen, por favor. —pide.

Suspiró, debería acostumbrarse a ésta vida solitaria.

—Un ramen también. —pide un chico a su lado, Suzuna lo mira y lo reconoce al instante.

—Konohamaru. ¿No es así? —comenta la Senju sonriente. —Creciste.

El chico la miró extrañado, entonces supo quién era. —¡Suzuna Sensei!

—Ya no soy tu profesora. —da un bufido. —Veo que ya eres todo un ninja.

—Pero nunca la alcanzaré. —sentencia convencido. —Usted debería ser Hokage, es tan fuerte y capaz de proteger a la aldea.

—No todos piensan lo mismo que tú. —alza su dedo índice, tocando sus labios. —Fui miembro de los Akatsuki y tendré un hijo de otro criminal al que solamente se le perdonó por ayudar con el Tsukuyomi infinito. Pero la aldea nos odia en verdad...

Konohamaru parpadea sin creerlo. —¿Está embarazada, Suzuna sensei?

—¿Eh? ¿No se nota? —la chica se inclina para que observara un poco su abdomen abultado, Konohamaru se emociona.

—¡Qué genial! ¿Qué cree que será? ¿Niño o niña?

—Espero que sea niño. —cruza los dedos, en ese momento Ayame le entrega el ramen, al igual que a Konohamaru.

—¡Debes alimentarlo bien! —Ayame la actual dueña del recinto también parecía emocionada. —Por eso te di un poco de porción extra, ya que tú comes por dos.

—¡Oye! —se queja Konohamaru, ahí los dos se ponen a discutir frente a la Senju. Ella solamente sonrió un poco mientras se limitaba a comer.

No hablaría porque si no se pondría a llorar.

Dos horas después Konohamaru la acompañaba por las calles de la aldea, emocionado de pasar tiempo con ella. Suzuna estaba agradecida, así tendría la mente y el corazón ocupados en otra cosa.

Los dos pasaron frente a la residencia Uchiha, pero solo ella detuvo su caminar. Ahí frente al lugar su mente se llenaba de recuerdos, todos esos momentos buenos que tuvo con sus amigos, todo lo que sucedió, las pérdidas que tuvo.

—¿Suzuna? —Konohamaru estaba preocupado, sobre todo porque la chica Senju se puso a llorar ahí frente a la residencia Uchiha, ella se llevó la mano al corazón, su pecho quemaba con dolor. Konohamaru se acercó y la abrazó, ella regresó el gesto porque lo necesitaba. ¿Desde hace cuánto nadie la abrazaba de esa manera? No por un beso, o una despedida, solamente un abrazo para consolarla, un abrazo para darle energía.

Entonces se soltó a llorar con fuerza en los brazos de aquel pequeño. Sus lágrimas no podían parar, quería a Itachi de vuelta, quería a Shisui de vuelta y sobre todo a Sasuke. Pero dos de ellos estaban muertos y el tercero la había dejado con tanta facilidad una vez más.

𝙼é𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚄𝚌𝚑𝚒𝚑𝚊 . |𝑆𝑎𝑠𝑢𝑘𝑒 𝑈𝑐ℎ𝑖ℎ𝑎|Onde histórias criam vida. Descubra agora