El vampiro seductor y su cruel cazador© ✓ |Gay|

Extra 1

Advertencia: Este extra contiene lenguaje vulgar, escenas violentas, asquerosas y sangrientas, se recomienda discreción.

Extra 1: ¡¿Ese niño es...?!

—Si las flores hablaran dirían que nuestro amor será eterno, y envidiarían al hombre que te obsequio dichas flores.

—...

—Si las nubes amaran llorarían de felicidad al ver cuán grande es mi amor por ti.

—....

—Si los espejos pudieran ver se deleitarían con tanta belleza. Eres el hombre más guapo, fuerte y hermoso que haya visto jamás.

—...—su expresión permaneció seria, pero sus orejas y mejillas se sonrojaron.

—Te sonrojaste, que lindo—musitó Aiden y lo miró desde abajo, con la cabeza inclinada.

John lo miró y sus ojos se tornaron ligeramente tímidos.

Ambos caminaban por un bosque lúgubre y aterrador, uno al lado del otro. Las ramas secas y torcidas parecían manos, que en cualquier momento te tomarían por la fuerza. Las aves volaban en silencio, y los ruidos extraños resonaban por todas partes.

Aiden llevaba un buen rato diciéndole palabras lindas, le encantaba coquetear con él, hacerlo sonreír y verlo sonrojarse. John no pudo permanecer firme ante él, y decidió ser lindo con él también.

"Supongo que un poco de dulzura no le hará daño a Aiden"

—Aiden...—sus labios se movieron despacio, y pronunció su nombre de forma cariño—En verdad tienes palabras dulces—y sonrió al decir esto último.

Aiden se quedó pasmado al verlo sonreír, y un flechazo cayó en su tierno corazón.

—Mis labios también son dulces—se enderezó y lo miró—¿Quieres probarlos?

John rodó los ojos, y sin que Aiden lo esperara del todo él se acercó, cerró los ojos y posó sus labios con un suave beso. Sacó un poco la lengua y los lamió con sutileza.

—En verdad son dulces—dijo en voz baja, con su rostro aún cerca del suyo.

Aiden se sonrojó y una sonrisa tonta se dibujó en sus labios, totalmente cautivado.

—Te sonrojaste, que sexy—dijo John riendo al ver sus mejillas.

Aiden iba a morir de tanta dulzura en esos momentos. Se cubrió el rostro y se comportó como un tonto enamorado mientras caminaba con torpeza, gritando y riendo emocionado en voz muy baja.

John lo miraba de reojo con una ligera sonrisa y caminó a su lado.

Para las personas normales ese bosque no era un ambiente romántico, pero para ellos sí lo era. Y aún más porque estaban solos.

—No puedo soportarlo más—dijo Aiden tomándolo de los hombros—Quiero hacer el amor contigo, justo ahora.

John lo miró seriamente y suspiró:

—Lo sé, sabía que esto acabaría así—dijo con un tono suave—Pero me temo que no será posible.

—¿Por qué? —preguntó con tristeza.

A lo que John miró el suelo, y Aiden siguió su vista.

El suelo estaba lleno de hojas podridas, barro, ramas y piedras.

—Vamos, ¿acaso no quieres hacerlo? —preguntó con una expresión suplicante.

—Si encuentras un lugar adecuado lo haré encantado. Incluso...obedeceré todo lo que me digas.