Capítulo 8: Te protegeré (Final)

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Los años pasaron y ellos seguían cazándose el uno al otro, pero ambos sabían que era sólo un juego.

Peleaban y mejoraban, se volvían fuertes y su relación parecía ir muy bien, entonces...

¿Por qué John se enojó con Aiden?

Bueno, eso no es tan complicado.

Aiden tenía curiosidad sobre cómo sería el sabor de la sangre de una bruja.

Y en cuanto tuvo la oportunidad se fue en busca de una, pero tardó más de lo planeado.

Pasó una semana y Aiden al fin encontró a la bruja, pero apenas pudo obtener unas cuantas gotas de su sangre se marchó lo antes posible. La probó y.... sabía a tierra. La escupió y se limpió los labios con asco.

Decepcionado regreso con John, pero al saber lo que Aiden había hecho se sintió traicionado. John estaba tan molesto por su mentira que Aiden tuvo miedo, fue un cobarde y decidió darle su tiempo, pero fue demasiado tiempo...

—¡En cuánto te alcance te las verás conmigo Aiden! —John arrojó otro cuchillo y este pasó rozando su hombro.

—John...ya no puedo seguir corriendo, por favor...detente...—se estaba quedando sin aliento y una fina capa de sudor se formó en su frente.

Aiden se detuvo y se apoyó en una pared, John lo alcanzó en un segundo y apuntó un cuchillo a su garganta.

—Aiden...—su expresión se volvió molesta y triste al mismo tiempo.

Lo soltó y lo miró con esa misma expresión, bajó la mirada y suspiró dolido.

—¿Por qué? —preguntó—Sé que estaba un poco molesto por lo de la bruja, pero ¿por qué tuviste que irte más de cien años? Es demasiado tiempo, maldito...

—Lo sé John—tragó saliva y recuperó el aliento—es que....

—¿Es que qué?

—En realidad te mentí.

—¿Sobre qué?

—Sobre muchas cosas. Bien, en primer lugar, no bebí de la sangre de esas mujeres.

—Pero dijiste que tenías hambre.

—Aún tengo hambre, pero jamás volvería a cometer el mismo error. No lo hice, además, todas eran mujeres y feas, para que no te sintieras celoso.

John vio sus ojos y decidió creerle.

—Bien, no bebiste de esa sangre, y el que sean mujeres feas me hace no sentir celos, pero igualmente las mataste.

—No es así. Una se había suicidado con drogas y la otra fue asesinado por una puñalada en el cuello. Todas las mujeres que dejé regadas ya estaban muertas cuando las encontré, sólo les mordí el cuello, pero insisto, no tomé de su sangre.

—Y ahora dime ¿cómo pasas ciento veintitrés años sin probar una sola gota de sangre? ¿cómo esperas que crea eso? —su tono era molesto y llenó de resentimiento e incredulidad.

—Eso...es demasiado vergonzoso de explicar...—respiró hondo y continuó—Cuando supiste lo de la bruja y te enojaste decidí darte un poco de tiempo, una o dos horas tal vez, luego volvería y aceptaría lo que sea que fueras a hacerme. Pero cuando iba de camino me encontré con otro cazador, me persiguió y casi me mata. Fui un tonto por subestimarlo, pero tuve suerte y logré escapar, entonces me escondí un rato en el bosque, y cuando pensé que lo había perdido yo... caí en una trampa. Pensé que era del cazador, pero en realidad era de...la bruja.

—¿La misma?

—Sí, supongo que estaba molesta por lo de su sangre. Fue difícil escapar, estaba bastante herido por lo del cazador y la bruja me atacó con unas pociones y hechizos muy extraños, pero al final logré matarla y me refugié en una cueva. Estaba débil y moribundo, necesitaba sangre, pero me sentía culpable por lo ocurrido, así que me transformé en murciélago para reponer fuerzas más rápido, pero al parecer me desmayé y pasé durmiendo mucho tiempo, p-pero no creí haber dormido tanto.

El vampiro seductor y su cruel cazador© ✓ |Gay|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora