Una humana y un vampiro [L vampiro y tú]

¿Una taza de té mi lady?

Me volví a despertar, pero está vez con un fuerte dolor de cabeza, no pude evitar tocarme suavemente la frente, vi a los costados y nuevamente me encontraba en la misma habitación, pero extrañamente está vez la puerta no estaba cerrada, estaba abierta dejando ver la iluminación de los candelabros qué habían al salir de está misma, me levanté suavemente ya qué me sentía algo mareada y torpe por el gran golpe qué recibí hace un rato.

Salí de la habitación tambaleandome un poco pero alcancé a sostenerme del borde de las escaleras qué había para llegar a la parte baja de la casa o castillo lo qué sea.

Bajé suavemente las escaleras, y llegué al comedor.

Y encontré a ese chico, sentado en una silla parecida a un trono al otro extremo de la mesa, estaba mirando al frente pero su mirada parecía perdida, cómo si no viera a la nada, me acerqué a la mesa y lo vi disimuladamente pues no quería molestarlo, pero reaccionó y me vio, di un pequeño saltó del sustó, me miró con esos míticos ojos rojos pero desvíe la mirada.

-Siéntate en ese extremo de la mesa frente a mi, es una orden...

Sin pensarlo dos veces le obedeci y me senté rápidamente.

-Qué... yo... dónde estoy?_lo miras

-Encerio es tan importante para ti... el saber dónde estás?...

-Pues claramente así es... después de todo tú me secuestraste! no te tengo confianza!

-Escucha querida, me harías un gran favor si dejarás de alzar tú bella y dulce voz, tus gritos dañan mis pobres y sensibles oídos...

Observé sus orejas y valla sorpresa qué me llevé, sus orejas eran algo puntiagudas, dios, si antes estaba asustada ahora lo estaba más.

-Tienes curiosidad no es así?...

Me dijo para luego agarrar una copa y llenarla de vino rojo el cuál era vertido de una pequeña jarra/tetera de metal.

-Así es, pues... aveces soy muy curiosa, puedo preguntar algo?

-Desde luego, pero no suelo dar demasiada información a los nuevos... o nuevas visitantes...

-Bien, cómo me has dado permiso, cuál es tú nombre?_le mire y el me miró

-Puedes llamarme Lawliet, mi edad? no preguntes... y si, vivo sólo, bueno aveces, ya qué suelo tener visitas de mis... colegas o conocidos, y tú?

-ah... ehh...

Me quedé sin palabras.

-Mi nombre es T/N, tengo 18 años, estudio en la universidad, llevaba una vida bastante normal hasta qué tú me raptaste.

-En realidad dulzura no puedes... suponer cosas qué no son si no sabes aún NADA... te traje aquí por otras cosas y no por... secuestrarte?...

-Ah, yo, lo lamentó...

Valla qué quedé cómo una estúpida frente a el eh.

-Hmm..._comienza a tomarse el líquido de la copa

-Amm... puedo preguntar algo más?_lo miras

-Si... si así lo deseas...

-Qué es eso qué estás tomando?

El sonrió y pude notar unos colmillos qué sobresalían de su boca, volví a temblar y mi respiración se agitó.

El se levantó y se acercó a mi a pasó lento sosteniendo la copa con su mano derecha, al llegar se apoyó suavemente contra la mesa a un costado mío y acercó su rostro a pocos centímetros del mío, acercó la copa a su boca  y volvió a tomar de está, a mi se me dio un olor bastante raro, un olor a sangre, era asqueroso.

El susurró algo en mi oido y pude escucharlo claramente...

-Le apetece una taza de té mi lady?...

El al recitar aquellas palabras río y de las comisuras de sus labios resbalaba ese líquido, me asusté demasiado y me levanté rápidamente, me fui corriendo a la habitación y me encerre en está con llave, puse unos cuántos objetos detrás de la puerta e intenté abrir la ventana pero estaba sellada, me desespere y sólo me fui a una esquina y me tiré al pisó, jamás saldría de aquí... jamás...