Capítulo 05

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Ana María

—Papá, tengo una duda —el mencionado baja su café. Estamos en una cafetería nueva en la ciudad, me está gustando. Es pequeña, con plantas y gatitos— el amor, ¿se puede medir en acciones?

—Mh, depende —sonríe igual que yo— los lenguajes de amor de las personas pueden ser distintos. A algunos les gusta hacer actos de servicio, por ejemplo como tú mamá y a ti, sin embargo otros prefieren demostrarlo con palabras, como yo. No podemos usar la misma vara con todos. Y si no te aman, ¿Cómo esperas que te demuestren algo que no sienten? Te estarían mintiendo, ¿no?

—Creo que a veces es necesario tener actos de buena fe con los que queremos.

—No le puedes pedir a alguien algo que no esté en su idioma hacer.

Me sonríe y vuelve a tomar el expreso. Mi celular suena enloquecido y extrañada veo la cara de Valentina.

—Hola, Vale, ¿cómo est...?

El hermano de Mau tuvo un accidente. ¿Puedes venir al hospital?

—En diez minutos estoy ahí —corta— papá, ¿me llevas al hospital?

—Vamos.

Pagamos y pedimos para llevar, subimos al auto de papá y antes de lo pactado estoy en las puertas del establecimiento. Entro y busco la sala de espera, los tres hermanos de Mau que no están en una camilla están sentados junto a sus padres y nuestros hermanos de corazón. Prontamente también veo a algunos hombres jóvenes y uno mayor cerca de ellos, vestidos de cuero. Rápidamente entiendo que son moteros del club local.

Mauricio al verme se levanta y me abraza. Llora en mi hombro un poco más.

—¿Qué le paso, corazón? —Nos separamos y le doy un beso en la mejilla.

—I-Iba... —le cuesta hablar, por lo que toma un respiro— iba en motocicleta con sus amigos nuevos, tenía preferencia en una esquina y sin mirar siguió. De ese lado, venía un auto que tampoco quiso frenar, terminaron colisionando los dos. Ya sabes que paso.

Christian es el hermano mayor de Mauricio por tres años, desde hace un tiempo se está amigando con el club de moteros de la ciudad.

—¿Cómo está?

—No nos han dicho nada, estoy muy nervioso, Mar. No quiero que le suceda nada. Es un verdadero imbécil, que no nos cabe duda de que lo es, pero es familia. Es mi hermano, ¿entiendes?

—Mau, te juro que estará bien, créeme, ¿okay? Lo estará, tu hermano es fuerte por naturaleza, no creo que Dios se lo lleve hoy.

Nos sentamos, los chicos y yo intentamos sacarle a fuerza conversación. No puede casi emitir palabras que no sean de preocupación, tiembla al hablar y tartamudea. No deja de mover frenéticamente la pierna a la vez que aprieta la mano de Vale. En un momento dado, la mano de perfectas uñas beige se mueve a su rostro, aprisionando su mejilla y susurrándole algo. Se van, dejándonos solos a Steven y a mí.

—Iré con ellos —anuncio.

—No, deberías quedarte —Steven me mira— deben tratar cosas juntos.

Lo miro sin entender que está tratando de decir.

—¿Qué? ¿Qué tienen que tratar?

—Para investigación y debate —informa sin parpadear casi—, ¿te acuerdas? Serán contra nosotros, deben hablar de eso.

—El hermano de Mauricio se está muriendo, no creo que les interese abrir un debate en este momento —hablo desorientada.

—Créeme, debes dejarlos.

La duda sigue recorriendo mi cuerpo, incesante me hace mover la pierna. Dejo pasar algunos minutos hasta que Steven se distrae con su celular.

—Iré al baño.

Eres el solWhere stories live. Discover now