Capítulo 02

30 7 2
                                    

Capítulo 02

Valentina

Me enamore de Mauricio Sánchez sin saberlo. Sin tener razones o motivos, lo adore.

El amor es eso, creo yo, un moretón que te aparece un día y no sabes de donde salió. Pero ahí está, marcando tu piel, tu alma.

Recuerdo cuando se lo dije, al emborracharnos con Grapa miel.

Mauuuuuuuuuu me mira eres mi sol.

Tú el mío, solcito sonríe eres todo lo que quiero, vida mía.

Me paro e intento peinar mi cabello pelirrojo, sin éxito, entonces empiezo a dar vueltas, Mauricio se levanta de la cama, deja la botella vacía en el piso (haciendo que se sume a todas las que ya están ahí) y me detiene tomándome de los brazos.

No quiero ser una chica más en tu lista de conquistas lo miro a los ojos, me libero de sus manos y le tomo el rostro.

Puedes ser un chico en ella si quieres lo golpeo ¡lo digo en serio! ríe.

Te odio.

Nos quedamos mirando y el tiempo parece no transcurrir. Toma mi cintura y me acerca. Nos aferramos uno al otro como si tuviéramos miedo de que el mundo nos intente borrar en la fría y oscura habitación, iluminados solamente por las luces rojas que le dan a su habitación un tono malvado.

«¿A cuántas abra tomado de esta misma forma bajo estas luces?»

—Vale, mi vida —lo miro— siento que te amo, y no como amigos, amor, pero por favor no le digas a nadie que tú a mí no me amas porque se me rompería el corazón saber...

Rompo su frase con un suave toque de labios que me envuelve y convierte la fría habitación en una cuna de amor.

Aquí, donde nació nuestro amor esperando nunca morir.

—¿Olvidaremos esto mañana? —una lágrima forastera hace deja un recorrido mojado por mi rostro.

—Espero no olvidar nunca que tuve el honor de conocer tus suaves labios, solcito.

Suelto una risita pequeña y me quedo observando. Nos empezamos a mecer lentamente y antes de que me pueda dar cuenta, estamos bailando un vals sin música en medio de las botellas de grapa vacías.

Eres mi sol repito luego de dejar un beso en sus labios.

Tú siempre fuiste el mío.

Acabamos la noche durmiendo abrazados, con toda la ropa puesta si tengo que ser honesta. Nuestras piernas mezcladas bajo la frazada de tigre que nos dejo su mamá al decirnos que haría mucho frío.

—¡Amore! —Mau me abraza por detrás— felices seis meses, solcito.

—Felices seis meses, corazón.

—¿Qué vamos a comer? Mhh, quiero alitas.

—¿Agridulces? —cuestiono acariciando su rostro. El picante le cae mal, seremos latinos pero no mexicanos.

—Obviamente, solcito.

Nos damos un beso largo y majestuoso. Como el chico que tengo al lado.

Pero alguien nos observa desde las penumbras del centro comercial.

Pero alguien nos observa desde las penumbras del centro comercial

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Eres el solWhere stories live. Discover now