La sensación envió una enorme corriente directamente a mi clítoris y un gemido escapó de mis labios. Rápidamente tapé mi boca con mi mano, sorprendida, sintiendo escalofríos también. Maldita sea, tenía razón con el jodido aumento de sensibilidad.

Su sonrisa creció ampliamente. -Mmh, si que lo estás. ¿Quieres que empecemos, cariño?

Asentí efusivamente, sintiendo ya la humedad entre mis piernas. Me había excitado tan rápido que me daba miedo.

Antes de que pudiera decir una palabra más, Fred me quitó la corbata y la camisa, mientras yo me bajaba la falda y tiraba los zapatos a la otra esquina de la habitación.

Estando completamente desnuda frente a él y con sus ojos fijos en los míos, me empujó suavemente hacia su cama, haciendo que su tacto se sintiera como fuego en mi piel. Me dejé caer, abriendo las piernas y jugando con mi pelo, dándole una sonrisa felina y una visión muy completa de mi cuerpo.

Vi cómo sus ojos cubrían cada parte de mí, anhelando, y cómo tomaba una respiración profunda y lenta.
-Tan jodidamente hermosa...

Sus rodillas se colocaron entre mis piernas con una mano en la cama y la otra descansando justo debajo de mi pecho derecho, haciéndome morderme el labio para no gemir de nuevo. Sus labios fueron directamente a mi cuello y no pude aguantar más, se sentía como si estuviera constantemente al borde de un orgasmo.

-Fred...- gemí en su oído y él pasó su lengua por la piel sensible.

-Oh, cariño, vamos a divertirnos tanto con esto...

Siguió dejando que sus labios me cubrieran lentamente; desde mis pechos donde chupaba y besaba, enfatizando, hasta la parte baja de mi vientre y la parte interna del muslo.

Fred se acomodó y abrió mis piernas, con sus manos acariciándolas mientras yo jadeaba. Cada nervio de mi cuerpo lo ansiaba y la cálida atmósfera que nos rodeaba solo ayudaba a que sintiera su toque aún más íntimo y ardiente.

-¿Lista, Lilith?- bromeó, mirándome directamente a los ojos, con una ceja levantada y sonriendo.

-Sí, Freddie- susurré.

-Feliz cumpleaños cariño.

Su lengua dio un paso largo y lento desde mi entrada hasta mi clítoris, ganando un fuerte gemido de mis labios. Era casi como si estuviera bajo los efectos de una droga dura y lo único en lo que mi cerebro podía concentrarse era en el placer. Sonrió e hizo que su boca rodeara mi clítoris, comenzando a chupar y a dar lamidas lentas, enviando escalofríos por todo mi cuerpo. Mis manos viajaron a su cabello para empujarlo aún más cerca de mí y sentí cómo gruñía contra mí. Ya estaba viendo las estrellas y él acababa de empezar.

-Mi pequeña puta perfecta ... sabe tan bien... y solo para mí- susurró, dándome una mirada penetrante que derritió todo mi cuerpo.

Sus manos fueron a mis caderas para mantenerme quieta mientras sus labios seguían besando mi coño, asegurándose de que sus lamidas cubrieran cada centímetro de mi punto más sensible. Aparecieron puntos blancos en mi vista y mientras su lengua se movía más rápido contra mi clítoris, me corrí fuerte, sintiendo ya la montaña rusa en mi cuerpo. Se separó un poco y pensé que se levantaría para bajarse los pantalones y follarme como es debido, pero no lo hizo. En cambio, acercó mis caderas a su rostro.

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Where stories live. Discover now