WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)

42

-Bueno, dime- lo animé a hablar.

-¿Recuerdas que te dije que no había terminado con tus regalos de cumpleaños?- dijo, buscando en su bolso.
-Bueno, estaba pensando en dárselo este fin de semana, pero considerando la cara larga que tienes, he pensado que era mejor que pudieras disfrutarlo ahora.

Me entregó una bolsita de plástico con caramelos azules.

-Pruébalos, tienen sabor a arándanos.

Sin pensarlo dos veces, abrí rápidamente la bolsa porque a pesar de que mi barriga estaba llena gracias al almuerzo, siempre tenía suficiente espacio para los arándanos. Tomé tres y me los comí bajo su mirada curiosa.

-Gracias, Fred.

Él se rió disimuladamente. Uhmm, debería preocuparme.

-Lo que acabas de comer, mi querida Lilith- comenzó con un tono solemne. -Es la nueva creación de Sortilegios Weasley. Inventado y hecho por mí.

Sentí como mis ojos volvían a abrirse de par en par, y pensé en escupir los dulces pero ya los había tragado. Mierda.

-¿Qué me has dado Fred?- le advertí. Si esto era una de sus bromas le patearía el trasero con tanta fuerza que volaría de regreso a la Madriguera.

-Sabía que no los escupirías.

-Fred...

-Esos dulces se llaman Trembling Teasers de Arándanos, en tu honor, por supuesto. Y lo que hacen es aumentar la sensibilidad en cada centímetro de tu cuerpo- explicó, bastante orgulloso de sí mismo.

Oh, Merlín ...

Se acercó a mí, con las manos detrás de la espalda, y me susurró bastante cerca de la cara. -El efecto se muestra diez minutos después de la ingesta y, gracias a que George y Lee no están en mi cuarto, lo que he planeado, si quieres, es comerte mientras estás bajo el efecto del dulce.

No pude evitar lamerme el labio inferior, todavía sorprendida, sintiendo que el aire a mi alrededor se volvía más caliente.

-Si no quieres, está bien, por supuesto. Aún puedes disfrutarlo por tu cuenta, el efecto no cambia y la bolsa es completamente para ti.

-Quiero- dije simplemente, bajando un poco la cabeza y mordiéndome el labio.

Sonriendo, caminó frente a mí para decirle al retrato, que no parecía muy feliz de tener un Slytherin frente a ella, la contraseña mientras yo no podía apartar los ojos de él. Esta era, con diferencia, una de las mejores ideas que había tenido.

Fred me hizo seguirlo por la sala común vacía y subir las escaleras a su habitación. Lanzando un Muffliato, mientras yo entraba y miraba a mi alrededor, comenzó a quitarse la corbata y desabotonarse la camisa. Era la primera vez que observaba su habitación, pues la última vez que había estado en ella estaba tan ciega por la rabia que ni siquiera me molesté en hacerlo. Con su camisa fuera, haciéndome casi babear ante la vista, se acercó a mí.

-Apuesto a que ya estás bajo su efecto- murmuró, tomando el dorso de su mano para dar una pequeña caricia a mi cuello.