— ¡Feliz cumpleaños! — Liv se lanzó a abrazarme con fuerza cuando estaba a punto de sentarme en la mesa de Slytherin para almorzar. 

Me reí entre dientes tratando de mantener el equilibrio y abrazándola de vuelta. — ¡Muchas gracias!

— Tengo un par de regalos para ti, uno de Pauline, uno de Luna y dos míos.

— ¡Oh Merlín, no era necesario!

— ¡Por supuesto que si, no seas tonta! ¡No se cumplen 18 todos los días!

Me senté y Liv me entregó los cuatro regalos; El de Pauline era un hermoso anillo de plata con una serpiente tallada y una pequeña inscripción en el interior que decía;  Amies pour toujours. Amigas por siempre.

— ¡Liv! Es hermoso — dije con voz temblorosa al ponerlo en mi dedo anular y sintiendo las lágrimas formarse en mis ojos. Otros años solía recibir regalos de Severus, Liv, Draco y Luna y saber que había alguien más que se preocupaba tanto por mí como para darme algo tan especial, derretía mi corazón. — Voy a ir más tarde a la lechucería para agradecerle como es debido.

Abrí el regalo de Luna; un collar hecho a mano para protegerme de los Nargle. 

— ¡Oh, mi Lunita! — hice un puchero deseando que la chica estuviera aquí para abrazarla. 

— Ahora, aquí van los míos — dijo la rubia suavizando su voz y mirándome con ojos brillantes. No pude evitar sonreírle también. Abrí el primero y era un libro con todas las fotos que teníamos juntas acompañadas de pequeñas notas escritas por Liv.

Eran fotos de nuestros momentos más felices; de la primera vez que fuimos juntas a un partido de Quidditch, de la primera vez que viajé a su casa, de algunas fiestas muggles... Al final del libro, una sola foto que hizo que se me escapara una pequeña lágrima de los ojos; estábamos nosotras dos, sentadas en el campo lleno de flores de la casa de Liv, en Irlanda, en medio del crepúsculo, sin mirar a la cámara porque nos abrazábamos mientras reíamos. 

Miré a Liv limpiando la pequeña lágrima y la abracé lo más fuerte que pude. — Te quiero mucho, Olivia.

— Yo también te quiero — murmuró mientras besaba en la mejilla. Su otro regalo trataba de un hermoso brazalete de plata que en su interior tenía grabado su nombre, me mostró su muñeca y llevaba otra que lucía igual, pero la movió un poco para mostrarme que tenía mi nombre. 

— ¡Lilith! —  Draco canturreó poniéndose a mi lado con una gran sonrisa y con el mejor humor en el que lo había visto desde hacía meses. — Feliz cumpleaños, aquí va mi regalo.

Le sonreí y cuando abrí el paquete, encontré un hermoso vestido de satén verde oscuro.

— ¡Draco! ¡Por el amor de Merlín, es hermoso! — lo abracé, casi saltando sobre él mientras él se reía entre dientes tratando de mantenerme en mi asiento y ganando algunas miradas de otras personas. 

— No te mereces menos — dijo en tono aristocrático, acariciando mi espalda. 

Después de almorzar juntas, Liv y yo salimos al pasillo, donde Hermione casi saltó hacia mí, siendo seguida por los gemelos y Neville, mis ojos se enfocaron inmediatamente en Fred. 

— ¡Feliz cumpleaños! — George y Granger gritaron a la vez. 

— Espera, ¿acaso todo el mundo sabe que hoy es mi cumpleaños? — pregunté, bastante desconcertada pero sin poder borrar la sonrisa de mi rostro. 

— Liv nos lo contó — dijo Hermione mientras me daba una novela muggle que estaba desesperada por conseguir. Se lo había dicho en una de nuestras noches de verano. 

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora