Extra ✔︎

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Taehyung corría de un lado para otro, el despertador en su mesita de noche no había funcionado por lo que ya iba com diez minutos de atraso a su trabajo.

Hace algunas semanas había empezado a trabajar en un supermercado a unas cuadras de su casa. El dueño del lugar había caído hechizado por los ojos de cachorro de Taehyung y su tierno puchero mientras le rogaba que le diera una oportunidad para trabajar.

Pero seguramente lo despedirán hoy.

- Tarde, tarde, Taehyungie va tarde.— canturreó mientras corría escalones abajo, dió un portazo cuando finalmente salió de su casa.

Caminó diez minutos más hasta que llegó al supermercado, el dueño estaba atendiendo en caja refunfuñando, bajó la cabeza con pena en cuanto cruzaron miradas.

- Buenos días, jefe.— dejó su mochila a un lado y tomó el puesto en caja.

- Hablaré contigo luego, Kim.

- Lo siento mucho, jefe.— sonrió apenado y su jefe rodó los ojos simplemente dejándolo hacer su trabajo.

Taehyung solo tenía que sonreír a las personas para que todo dejara de estar mal. Durante toda su vida había sido salvado de muchos problemas por sus ojitos inocentes y su sonrisa amplia.

La mañana pasó relativamente rápido entre ordenar ciertas cosas en percha y atender a clientes que pagaban sus compras.

Cuando en su celular marcó la hora de salida, el pequeño se estaba preparando para salir cuando la campanita de la puerta sonó una vez más.

Su naricita picó por el aroma que quedó en el aire, se levantó del suelo asomando su cabeza por encima de la caja y no vió a nadie. Seguramente el nuevo cliente había ido por sus compras.

Sintió a su lobo levantar sus orejitas curioso, pero lo ignoró, no era como si su destinado había entrado a la tiemda

¿Verdad?

Tarareó bajito a la espera del nuevo cliente y rogando que nadie más entre porque debía irse si no quería llegar tarde a la universidad.

- Disculpa, llevaré esto.

Levantó la mirada y... ¡Wow!

La persona que estaba frente a él seguramente era la persona más hermosa que Taehyung había visto en sus dieciocho años de vida.

Sus ojos se conectaron por un instante haciendo que una corriente recorriera su cuerpo llenando de cálidez su pecho.

Su lobo se levantó emocionado en sus cuatro patas moviendo enérgicamente su cola y dando saltitos.

¿Por qué de repente se estaba sintiendo nervioso?

- Son cuatro dólares, señor.— dijo bajito.

El alfa soltó una risita ronca robando su atención, nuevamente miró su rostro encantado con la sonrisa que le regalaba.

- No soy tan viejo, cachorro.

Su lobo aulló con emoción dando vueltas.

– Es él, es él, Taehyungie. Es nuestro alfa.

- Disculpa...— Taehyung pausó sonriendo un poco.

- Hoseok. Mi nombre es Jung Hoseok.

[...]

Hoseok no estaba bien.

Hoseok ya no quería estudiar.

Hoseok quería vacaciones.

- Venga, hombre, deja esa cara, es el último día, mañana iremos a Seúl a empezar nuestras vacaciones.

Seongwha revolvió la enredadera que su amigo tenía como cabello, volvió su atención a su libro para continuar estudiando.

Hoseok lloriqueó un rato más, había tenido días malos, los exámenes finales de año de su carrera le estaban consumiendo todas sus energías. Y para variar su lobo había enfermado.

Hace días que el lobo estaba acostado con la cabeza escondida y sus orejas caídas, no entendía qué pasaba, pero esperaba que el viaje a Seúl sirviera de ayuda para ambos.

Veinte años habían pasado desde que salió del vientre de su padre y sentía que en cualquier momento haría un pacto con la Luna para volver ahí.

Su último día de semestre fue el peor, estaba seguro que su exámen había salido bien, pero eso no evitó que llegara a casa y cayera como piedra en su camna.

Seongwha pasó en la madrugada por él, ambos partirían de viaje en el auto de su amigo directo a Seúl para tener unos días lejos del estrés de la universidad y sus familias.

Luego de seis horas de viaje finalmente se adentraron en la ciudad, Hoseok bajó la ventana de su lado del auto y dejó que la brisa fresca de otoño entrara en todas sus anchas.

Llegaron al hotel acomodándose en sus habitaciones, habían desayunado temprano por lo que no había necesidad de salir por el momento.

Hoseok se miró en el espejo del baño, lavó su rostro y acomodó su cabello, se sorprendió cuando sus manos tocaron su piel.

Estaba caliente.

Suspiró tomando un moño y atando su cabello en una coleta.

Envió un mensaje a Seongwha avisándole que saldría a comprar algo de beber cerca del hotel.

En cuanto salió del hotel y emprendió su caminata pudo divisar a lo lejos un supermercado, disfrutando de la brisa fresca caminó hasta alli.

Escuchó la campana sonar cuando entró, pero no había nadie cerca, seguramente el dueño estaría por las perchas, siguió caminando hasta el sector de las bebidas, pero un olor dulce inconscientemente lo hizo respirar profundo.

Oh, oh, su lobo había asomado sus ojos entre sus patas delanteras.

Tomó unas botellas de café helado, le quitaría el malestar rápido.

Caminó hasta la caja esperando encontrar al dueño, pero solo era un muchacho que tatareaba bajito.

- Disculpa, llevaré esto.

Pero en cuanto sus ojos se conectaron, Hoseok sintió su corazón latir furiosamente. El muchacho era precioso, mejillas rellenas, labios gruesos, nariz pequeña y ojos brillantes.

Y su olor, Hoseok volvió a respirar profundamente llenando sus pulmones de tan rico olor.

Su lobo empezó a soltar quejidos, aún sin levantarse pues estaba muy débil.

- Son cuatro dolares, señor.— su dulce voz le acarició sus oidos.

Pero... ¿Señor?

- No soy tan viejo, cachorro.

En cuanto esas palabras salieron de su boca, sintió como la fiebre se disparaba en todo su cuerpo, sus manos hormiguearon por tomar el rostro lindo de ese omega sonrojado.

Su lobo volvió a esconderse, pero esta vez llorando lastimero.

– Por fin lo encontramos... Lo necesitaba tanto.

Oh, su mente se iluminó cuando escuchó a su lobo decir aquello.

- Disculpa...— el omega lo miraba atento.

- Hoseok. Mi nombre es Jung Hoseok.

Esta vez su voz tembló cuando el muchacho sonrió, su sonrisa en forma de cajita y sus ojos desapareciendo en el proceso.

- Es un gusto, Hoseok.— probó su nombre en sus labios— Me llamo Taehyung.

Taehyung.

Su lobo pensó que ese muchacho le era amorosamente familiar.

i still want you ➵ hopetaeᵃᵈᵃᵖ ✔︎Where stories live. Discover now