[capitulo 10]

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Wei WuXian entró en el apartamento de Nie HuaiSang con mucha inquietud por lo que le estaría aguardando. Especialmente después de haber tenido que luchar contra incalculables envoltorios, carpetas, libros y recibos esparcidos en el asiento del auto de HuaiSang.

Había estado en bastantes hogares de sus compañeros como para saber que era razonable estar asustado respecto a las habilidades domésticas de otro hombre. Muy asustado. Por supuesto que tenía un grado alto de tolerancia respecto al desorden, pero los restos de comida abandonados, los platos sucios lo superaban.

Pero tuvo que darle créditos a Nie HuaiSang. El apartamento, a diferencia de su auto, estaba inmaculado. Tenía muy buen gusto.

—Wei-xiong, el cuarto de baño está saliendo por el pasillo, en la primer puerta. Mi habitación es la siguiente, si necesitas algo dime.

Nie HuaiSang caminó hacia la cocina y abrió un cajón donde guardaba un juego de llaves.

—El sofá se convierte en una cama que ya tiene sábanas y una manta. Hay una almohada y más mantas en el armario, que está frente al cuarto de baño. También hay allí toallas y esponjas. La única regla es que si ensucias algo, luego lo limpias.

Aquéllas eran reglas que podía aceptar.
—Me parece justo.

Nie HuaiSang le entregó el juego de llaves.

—Necesito volver y trabajar en mi caso.—Saco su billetera y le dio a Wei WuXian una tarjeta dónde Nie HuaiSang figuraba como agente de seguros. Jiang Cheng había pensado en todo—. Si necesitas cualquier cosa, llámame y estaré aquí, Wei-xiong.

—Gracias. —Wei WuXian guardó la tarjeta en el bolsillo trasero del pantalón.

Nie HuaiSang sonrió y luego lo dejó solo en su hogar... algo que de nuevo resultaba una increíble muestra de confianza. Para ser agentes parecían notablemente confiados. Eso no encajaba con lo que Wei WuXian conocía. Lo cual le llevaba a preguntarse cómo serían en acción. Tal vez eran completamente efectivos o, por el contrario, totalmente desastrosos. Él esperaba, que fuera lo primero y no lo segundo.

Wei WuXian camino sin propósito por el pequeño apartamento. Había una colección de fotografías en la pared, detrás del televisor de pantalla plana.
En el centro de las fotografías estaba en propio HuaiSang, junto a un hombre íntimamente y apuesto. Debía de ser su hermano. Parecían estar celebrando algo.

Wei WuXian sintió una punzada de dolor en el pecho al pensar en su primo, Mo XuanYu. De niños fueron  como hermanos.

XuanYu había sido el único de su familia que se había preocupado por él después de su arresto. Había recibido de él una carta que contenía tres simples frases.

Espero estés bien. Por favor, cuídate. Te quiero
                                                Mo XuanYu.

No quería pensar en eso y antes de saber lo que estaba haciendo, Wei WuXian dejó el apartamento para pasear por las calles de la ciudad.

Llevaba mucho tiempo sin poder hacer eso. No tenía deberes ni obligaciones.

Nadie sabía de su pasado. Era, simplemente, un hombre en la calle.
No un francotirador entrenado. Ni un convicto.

Era de nuevo tan solo una persona.
Sonriendo, camino sin hacer otra cosa más que disfrutar de la luz del sol en su piel. 

Perdió la noción del tiempo, hablando y bromeando con las personas. Nadie sabia quién era él ni lo que había hecho. Le hablaban como a un ser humano. Como a un amigo.

Se hallaba en la cima del mundo.

Hasta que pasó por delante de un pequeño café. Wei WuXian se quedó helado cuando vio en la televisión, la imagen de la prisión, junto con las palabras "noticias de fuga".

Con su corazón latiendo agitadamente, abrió la puerta para escuchar.

"Se trata de un presidiario culpable de intento de asesinato, Wei WuXian. Se cree que va armado y es peligroso. Las fuerzas de seguridad tienen su fotografía y están preparando una persecución masiva para detener al fugitivo..."

Sin duda su madre estaría orgullosa de la nueva celebridad recién adquirida de su hijo. Podía imaginar a su padre derramándose el té encima justo en aquel momento y soltando maldiciones desde su hogar.

Wei WuXian se sintió como si lo hubieran perforado y exprimido.
Aquello no podía estar ocurriendo...

¿Por qué le harían algo como esto?

Con las lágrimas nublándole la vista, miró lentamente a su alrededor. Había que agradecer que nadie parecía prestar atención a la televisión. Tratando de no parecer nervioso o sospechoso, salió del café.

Al parecer los agentes lo estaban acorralando. Pero aunque ellos no lo supieran, Wei WuXian no era el tipo de persona al que podían doblegar.
Esta vez habían dado con la persona equivocada, y estaba decidido a que pagarán por ello.

Actitud provocadora - WangxianWhere stories live. Discover now