Esperanza

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Quédate con quién te bese el alma, la piel te la puede besar cualquiera

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- ¿Aló? ¿Quién es? - Langa preguntó temeroso ante un número desconocido que llamaba.

- Soy Miya ¿Tienes un tiempo para hablar?

- Si... Creo - de todo el grupo de amigos, con Miya era con el que menos había hablado.

- Perfecto ¿Recuerdas el lugar de comida rápida que te gustaba?

- Si, me gusta las hamburguesas de ese lugar.

- ¿No nos recuerdas a nosotros pero si recuerdas las hamburguesas? Eres único Langa.

- Perdón - Miya tenía razón, su mente trabajaba de manera extraña.

Se juntaron a la hora acordada, mientras Langa comía sus amadas hamburguesas, Miya lo miraba con asombro.

- Sigues igual de glotón que siempre.

- Tenía hambre ¿Y bien? ¿Para que nos juntamos?

- Es un poco incómodo hablar de esto contigo - Miya miraba hacia todos lados mientras jugaba con sus manos - tengo una idea, quizás con eso puedas recordar a Reki.

- ¡¿Qué?! - a Langa se le cayó el trozo de hamburguesa que acababa de morder.

- No estoy diciendo que será efectivo pero es una idea... ¿Han tenido citas?

- Mmm hemos salido un par de veces, planeamos una cita más elaborada, pero no pudimos salir.

- Lo suponía, tengo un plan para su cita y luego... cuando finalicen irán a un hotel y lo harán - dijo Miya sonrojado.

- ¿Hacer qué? - preguntó Langa inocentemente.

- Tú sabes qué... Eso que hacen las parejas enamoradas en un hotel de amor...

Langa había entendido a lo que Miya se refería y su cara se sonrojó completamente.

[...]

El reporte del clima anunciaba una lluvia tropical, pero eso no sería impedimento para tener su cita.

- Me sorprendió cuándo me dijiste que querías una cita... ¿Dónde iremos? - preguntó Reki emocionado.

- Supongo que ya hemos ido a todos los lugares de Okinawa, pero lastimosamente no lo recuerdo... Había pensado que el parque de diversiones, luego tenemos el acuario cerca, y finalmente ir a comer algo (había omitido la parte del hotel por vergüenza)

- Mmm - Reki cruzó sus brazos y cerró sus ojos cómo si meditara.

- ¿No te gusta? - preguntó Langa con tristeza.

- Era broma jajaja me gusta la idea ¡vamos!

- Era broma jajaja me gusta la idea ¡vamos!

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