LIBRO 3: KATON
Habiendo sobrevivido a la terrible batalla con Izuna, Sasuke enfrenta nuevos desafíos mientras él y sus valientes amigos ingresan en secreto al Konoha, la capital del País del Fuego. Su misión es encontrar y derrotar al Daimyō del Fue...
—Eso no es cierto. Nadie puede leer un mapa como tú, primo. Además dibujas increíble.
—Gran cosa. Como si mis dibujos pudieran salvarlos.
—Yo ni siquiera sé leer. Soy ciega.
—Además, tú nos haces reír con tus comentarios sarcásticos. Es decir, mira el cabello de Sakura. ¿Quién le hizo esto?
—¿Qué? ¿Qué tiene de malo, Naruto?
—¡Nada! Yo solo quería que...
—Escuchen, les agradezco el intento, pero la realidad es que ustedes son increíbles, son especiales, y yo... no. No soy más que el chico común de este grupo.
—Lamento que pienses de esa forma, pero nosotros no pensamos así, ¿sabes? —dijo Sakura tratando de animarlo —. Ah, sé de algo que te hará sentir mejor.
—¿En serio?
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—¡Ir de compras! ¡Sí! —dijo emocionado el pálido al entrar a una tienda de armas —. Quiero algo para poder renovar mis armas.
—Vaya que sí le alegró el día.
—Oye, Sakura-chan. Mira esta armadura, ¿qué tal me veo?
—¿Eh? —expresó la ojiverde al ver a su amigo de esa forma.
(Solo imagínenselo con su cabello negro)
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—¿Verdad que es grandiosa?
—Sí, lo es y te ves muy bien, pero... creo que no podrás moverte muy bien con eso.
—¿Pero de qué hablas? Claro que podré mover... ¡Aaaaaah! —gritó el rubio al caerse —. De acuerdo, no lo compraré.
Sai había probado todas las armas posibles, pero ninguna lo convenció; pero en eso él volteó y vio algo que sin duda había llamado su atención: un pincel.
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—¡Vaya! Sin duda esto sí es para mí.
—Tienes buen ojo. Ese pincel fue hecho por el mismísimo Iwana Akame, el mejor pintor de la historia del País del Fuego. Vive en el *Dōjō al final de este camino —dijo el dueño del local.
