Capitulo 8

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KYLO HOWARDMe agacho al lado de Cleo

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KYLO HOWARD
Me agacho al lado de Cleo. Ella levanta la mirada hacia mí pero vuelve a bajarla para seguir atando sus cordones. Le doy un pequeño empujón en el brazo que ni siquiera hace que se mueva un solo milímetro.

—Ey, ¿estás molesta conmigo?

—Nop.

Levanto las cejas.

—Te conozco, sé que hice algo que te molestó.

Suspira y luego se levanta. Yo la imito y espero a que hable.

—No estoy molesta contigo, Kylo.

Acaba de sonar natural, como si dijera la verdad. Y lo hubiese dejado pasar, pero sé que algo paso ayer porque no me hablo en todo el día, y se había ido de casa de forma rara.

—Entonces... ¿por qué estabas molesta?

Comienza a estirarse.

—Me había levantado con el pie izquierdo—dice blanqueando los ojos y después me da una sonrisa—. Sabes que me pongo media rara cuando estoy de mal humor.

Eso produce que me ría.

—Sí, lo sé.

Ella me empuja y se une a mi risa.

Nisha y Malcom se acercan a nosotros. Estamos los cuatros en mi patio trasero.

—No creo que sea seguro que Kylo salga del hechizo de la casa—dice la de mitad de pelo celeste mientras se muerde la uña.

—Va a estar bien. El chico es capaz de darle una buena patada en el culo a alguien si decide enfrentarlo—dice Malcom.

—Vamos, chicos—nos apura Cleo.

Nish hace una mueca de desagrado.

Malcom y Cleo vendrían a ser la mala influencia, mientras que Nisha todo lo contrario.

Miro atrás, hacia la casa. Mi familia no aprobaría que me vaya pero si nos apuramos no van a verme.

Me coloco al lado de los tres mientras Nisha comienza hacer la cuenta regresiva. Al escuchar el ya, cada uno comienza a correr por el bosque.

Obviamente, por mucho, termino de superarlos.

Sonrío cuando el aire golpea contra mí mientras voy rápido. Hacía tanto que no corría por el bosque. Podría contar con una sola mano las veces que lo hice, y siempre fue con mi familia porque no me dejarían solo.

Una especie de cosquilleo me recorre la nuca, por lo que me detengo extrañado. Volteo hacía atrás pero no veo a ninguno de los chicos. Comienzo a caminar alerta pero me detengo cuando veo a la causa de aquella sensación.

Ella parece haber sentido lo mismo que yo porque de repente su cuerpo se tensa. Se gira y parece respirar un poco al ver que solo soy yo.

No lo pienso. Comienzo a caminar hacia ella. Estamos en su jardín trasero, ahora sé exactamente donde vive.

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