Buenos Aires, 2016

2 0 0
                                    

Tengo harto espacio para mí sola. Como soy parte de la selección, la universidad facilita a sus deportistas de otras ciudades mini departamentos para no tener que arrendar cuarto. La verdad pensé que sería mucho más pequeño y viejo, pero está más que genial.

Es un departamento de un ambiente. La cama se separa por un biombo de bambú y da para el balcón que tiene una vista hermosa. Esta muy bien decorado, todo blanco, con toques verdes y muchas plantas. Adoro las plantas.

Ya había desempacado, pero acababa de llegar del suprmercado, asique tenía que guaradar todo en las estanterías, cuando sonó la puerta. Fui a abrir.
- Lista?

- Si si, casi. Me faltan estas bolsas y salimos. Me ayudas?

- Claro.

Esto del alto al fuego realmente funcionaba, no hemos discutido y Vicente no ha hecho nada inapropiado. Bueno, nada muy inapropiado. Para él es imposible no decir cosas como "pero que guapa", "eso te queda genial", a veces incluso me acaricia el cabello, hasta que lo detengo, va en su naturaleza como buen casanova que es. Fuera de eso todo ha funcionado excelente. Antes de que nos besáramos la primera vez, eramos muy amigos, siempre coqueto. Ahora como que volvimos un poco a eso. Bueno, un poco. Luego de todo lo que ha pasado entre nosotros, siempre ha habido mucha tensión sexual.

- Ya, vamos.

Bajamos a la calle camino al campus que esta a 10 minutos a pie.

- Ya decidiste que electivos tomar?

- Mmm, creo que iré por coro. - Dije algo emocionada.

- Tu? Coro?. - Rié como si acabara de ver a un payaso.

- Eey! No seas pesado. Me gusta cantar, aunque lo haga mal! - Lo empuje del pecho mientras aún se reía.

- Cantas bien, Alena. Pero me sorprende porque eres muy tímida para cantar frente a toda una clase.

- Nueva ciudad, nueva personalidad.

- Esa es la actitud, guapa.

Tomamos nuestros cursos en menos de 20 minutos, fue bastante rápido. Recorrimos el campus. Y pasamos a ver la cancha de volei sala.

- Wow! Es enorme.

- Y mira! Hay un gimnasio exclusivamente para la selección de volei. - Lo miro entusiasmada como una niña mientras le aprieto el bíceps. Está bastante más tonificado.

- Uuh, bebé. Creo que traeré mi cama acá.

Fuimos a ver el gimnasio. Bromeábamos haciendo cualquier ejercicio en las máquinas como ridículo, moríamos de la risa. Extrañaba mucho a Vicente como amigo. La pasamos genial.

- Muero de hambre. Vamos a comer algo? Yo invito.

- Mmm, te arrepentirás. - Me giro para salir dándole la espalda. Levanto el brazo para captar su atención mientras salía. - Pizza de peperonni con... - Me interrumpe.

- ...piña. - Suspira fuerte. - Algún día podré apreciar tal insolencia a la comida italiana, algún día. - No hace falta que me hure para saber que está negando con la cabeza por decepción a mis gustos. - Tu y tus gustos.

Ése es Vicente, un chico que conoce absolutamente todo de mí. Desde que duermo con calcetines largos hasta que adoro la pizza con piña. Un chico que paso de ser un amigo más, a mi mundo. Pero mi mundo se cayó a pedazos, ese mundo pasó a ser nada, y aunque no lo demostrase así. Aquel día en que mi mundo se derrumbó, una parte de mí se quedó atrapada en los recuerdos y aún no logra salir de allí.

●●●

En el restaurante había karaoke, había más gente ebria que sobria. Ya era oficial, hasta ahora era nuestro lugar preferido de Buenos Aires, olía pésimo, era muy oscuro, los del karaoke parecían ballenas pariendo, la pizza era malísima y los meseros eran increíblemente simpáticos. Amamos en lugar a penas pusimos un pie en él. Lo mejor de todo es el nombre, todas sus cualidades en 3 palabras, "Risas no Faltan".

Flotando Con Las Estrellas (We Had It, Almost)Where stories live. Discover now