Capítulo 4

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—No tenemos tiempo...rápido vístete con eso— ordenó Otabek vigilando la puerta.

Yuri reaccionó rápidamente y comenzó a vestirse con la ropa que Otabek le había arrojado, era un uniforme de repartidor y él también venía vestido así. Todo se quedó en silencio a lo que Otabek le pareció extraño.

—¿No vas a preguntar por qué?— dijo Otabek con una media sonrisa ante la obediencia del menor.

—Me interesa más salir de aquí primero, ya habrá tiempo para preguntas— respondió terminando de vestirse.

—De acuerdo...andando— ambos salieron en silencio.

Al llegar a la puerta Otabek trato de abrirla pero estaba cerrada, se asustó ya que él la había dejado abierta.

—Mila...se que estás ahí, abre la puerta por favor— pidió Otabek tranquilamente.

—Estas equivocado Otabek...lo que vas a hacer es una locura— respondió del otro lado de la puerta.

—Se que es una locura pero estoy seguro que estoy haciendo lo correcto...sabes que este niño no merece lo que van a hacerle— dijo decidido.

—Se que es difícil de entender pero estoy seguro que Yuri no está enfermo...así que por favor abre la puerta— volvió a pedir, no recibió respuesta.

—Una vez te dije que la razón por la que estamos aquí es porque queremos ayudar...así que nuevamente ayúdame, confía en mí— no volvió a recibir respuesta, sin embargo, esta vez la puerta se abrió.

—Muchas gracias— dijo Yuri saliendo de la habitación.

—Tendré problemas por esto...solo espero que consigas lo que buscas— le dijo Mila a Otabek.

—Lo haré...tenlo por seguro— respondió decidido.

—Gracias— le dio un beso en la mejilla y comenzó a irse.

—Gracias Mila— se despidió Lara aunque sabía que no la vería.

—De nada— le respondió, ella se quedó de pie mirando a la pelirroja quien la despedía agitando suavemente la mano.

Lara sonrió comprendiendo que Mila también era como Yuri y esa había sido la razón por la que ahora los había dejado ir.

Otabek dirigió a Yuri hasta la cafetería donde varias personas estaban cargando productos para el comedor. Se acercaron lentamente para mezclarse con ellos y por fin pudieron salir del edificio.

—Muy bien...¿Y ahora qué?— preguntó Yuri mirando a todos lados.

—Tendremos que ir caminando...la cámara del estacionamiento grabó cuando llegué con mi auto— respondió poniéndose una gorra.

—¿Y a dónde?— volvió a preguntar el rubio.

—A mi casa...al menos estaremos seguros ahí esta noche...para mañana en la mañana tendremos que buscar otro lugar— dijo señalando por donde ir.

[...]

—Lo lamento señor...no supe en qué momento llegó— dijo Mila sujetándose la cabeza.

—¿Estas bien? ¿No quieres ir al doctor para que te revisen ese golpe?— preguntó el director.

—Estoy bien...no es necesario— dijo fingiendo dolor.

Bonnie & ClydeWhere stories live. Discover now