Eres la única

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— No... pero — intento recobrar aire
— Creo que necesito una sesión, si no tienes más pacientes.

— Claro, tengo tiempo para una terapia de media hora, si gustas — esboza una sonrisa

— Gracias — tomo asiento y la observo dejando un silencio incómodo

— ¿Qué sucede Aspen, quieres hablarme de eso?

— Creo que me estoy volviendome loca... Arwan...

Ella abre los ojos al escuchar aquel nombre lo cual hace que todas mis alarmas se entiendan — ¿Sucede algo? — pregunto confundida incluso intentado aparentar algo ingenua

— No puedo divulgar información sobre mis pacientes, solo te pido que tengas la mente abierta.

Ella me había dado la información suficiente para aclarar mi problema, es su paciente, es decir tiene un expediente acerca de Arwan en donde podre saber que sucede realmente con él, me levanto sin decir nada, solamente tomo mis cosas y me despido con la mano, me siento en el pasillo en un lugar alejado para que no pueda notar mi presencia.

Espero en ese lugar hasta las ocho de la noche cuando termina de atender a su último paciente, siento satisfacción al notar como cierra la oficina dejando todo completamente vacío.

— ¿Qué esperamos? — escucho en un susurro el cual me hace dar un salto seguido de un intento de grito el cual es fallido debido a que Arwan cubre mi boca.

— Si te suelto, promete que no vas a gritar.

Asiento haciendo que él aleje su mano de mi boca, me alejo de él y lo observo con detenimiento, su ropa completamente blanca, impecable, junto a una chaqueta del mismo color.

— ¿Qué haces aquí? — digo con enojo

— Te vi y se me hizo raro que estuvieras en este lugar hasta tarde — utiliza un tono amable notablemente forzado

— Vete, tengo cosas que hacer.

— Creo que a Morgan le interesará saber esto...

— Vete al demonio Diabrotic — espetó

— ¿Me llamas por mi apellido? — dice burlón — Que enojada eres Proudley.

— No me llames por mi apellido y vete.

— No hasta que digas que vas a hacer el trabajo.

— ¡No le robare a Kalon! — alzó levemente la voz — Tengo millones de dólares en la cuenta los cuales quiero disfrutar y si él me llega a atrapar me va a matar.

— ¿Le tienes miedo a algo tan simple como la muerte? — dice burlón — Te aseguro que no te atrapará.

— Si a ti no te importa el riesgo hazlo tú.

— Eres la única capaz de hacerlo, cualquier otra persona solo me haría perder el tiempo.

Miles de cosas pasan por mi cabeza, la oportunidad de volver a hacer algo divertido después de mucho tiempo, la adrenalina y el éxtasis, algo que ninguna otra actividad puede provocar en mi.

— Bien, pero quiero mi expediente limpio y que desaparezcas de mi vida para siempre — extiendo mi mano — Y si en dado caso muero te aseguraras de enviar todo mi dinero a Nueva Zelanda.

— ¿Por qué Nueva Zelanda? — pregunta confundido

— No tienes permitido hacer preguntas, si eso no te gusta te puedes largar.

— Un placer hacer negocios contigo — estrecha mi mano con una sonrisa en el rostro

Espero a que se vaya y veo como poder abrir la cerradura la cual solo con una tarjeta logro abrir, no hay mayor seguridad en el lugar además de la alarma de la cual conozco la contraseña gracias a que siempre vengo en las mañanas.

Abro los cajones de la oficina y comienzo a buscar entre los papeles, miles de expedientes hasta llegar al mío, la curiosidad me mata, el saber que ha escrito sobre mi.

Aspen Proudley, paciente de veinte años, primera cita en Noviembre, serios problemas derivados de la ansiedad, cleptomana, con problemas de sociabilidad, medicamentos, todas las citas, todo se encontraba anotado, sigo buscando hasta llegar al archivo de Arwan.

— Al fin — digo en un susurro

Arwan Diabrotic, veintiún años, primera cita en enero, se desconoce el motivo por el cual el paciente ha creado una nueva personalidad llamada Acsian, Arwan dice que es su hermano, no hay registros de eso.

Regreso todo a su lugar y salgo de la oficina activando nuevamente la alarma, camino hasta mi casa con algo de temor gracias a las calles solitarias, entro, dejo los zapatos en la entrada y me preparo algo de comer mientras repaso cada nota del expediente de Arwan hasta que el sonido de la puerta me saca de mis pensamientos.

— ¿Qué haces aquí? — cruzo los brazos — Acsian — digo en tono burlon al notar su cambio de ropa

— Somo dime Acs.

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Dato curioso Acsian iba a llamarse Azriel, ¿qué les parece los nombres?

¿Están listos para todo esto? Saben que mis historias suelen ser algo turbias y está no es la excepción.

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Broken +18Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt