Capítulo 15.

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A veces no tenemos ni para comer pero el escabio no falta.

Los pibes dan todo por alcohol.

Mañana se van a arrepentir pero ya fue.

—Eu, Vicky —Giré la cabeza y lo vi a Valen.

Me dirige la palabra después de unas horas.

Lo último que escuché de su boca fueron cagadas a pedos.

—¿Qué? —pregunté seca.

Me da un toque de vergüenza hablarle después de mis actos.

Tengo que entenderlo y esperarlo, él tiene razón.

—Toma. —Me extendió una bolsa de tela.

—¿Eh? —Fruncí el ceño.

No entiendo nada.

—Agarrala. —La dejó en mis muslos impaciente.

Todavía confundida miré la bolsa para después levantar mi cabeza y mirarlo a él.

Esta rojo.

Se puso colorado.

No evité soltar una risita.

—Que lindo —susurré.

Agarré la bolsa y la abrí.

Es ropa.

La ropa más linda que vi en mi vida.

¿Quiere que la use ahora?.

Lo miré sin saber que decir.

—¿T-Te gusta? —Se rascó la nuca nervioso. Ni siquiera se anima a mirarme a los ojos.

—Valen... —Me hacía sentir más culpable —. Perdón. —Me levanté y lo abracé —. Perdóname. —Refregue mi nariz contra su cuello —. Yo respeto tu tiempo y tu todo —susurre —. No me voy a meter más.

—No pasa nada. —Apretó mi cintura —. Yo hice que te metas, Dani me avisó una banda de veces. —Deslizó su mano por mi espalda hasta mi cabeza —. Perdón. —la acarició.

¿En qué me estoy metiendo?.

—Esta bien. —Saqué mi cara de su cuello y lo miré.

Sus ojos son otro universo.

Siento que salgo de esta realidad y me voy a otra cuando los miro.

Siento un calorcito agradable con Valen.

—Bueno, anda a cambiarte, dale. —Dani me empujó.

—Para, gil de mierda.

Casi me caigo.

—¡Mucho porro, mucho escabio, mucha falopa! —festejó Mauro.

Fui al baño de la estación para cambiarme.

Me voy a cagar de frío con esta ropa asi que me deje la campera.

Me da vergüenza y miedo.

¿Por qué?.

Por culpa de los giles que cuando ven la mínima oportunidad para aprovecharse lo hacen.

Hoy confío en que los pibes me van a cuidar.

Todos se giraron, clavando sus miradas en mi cuando llegué.

Concha de la lora.

—Cerra la boca que te entran moscas gil. —Nacho lo empujó a Valen.

[.]

—Valen... —murmure.

Esta totalmente ahogado en alcohol y seguramente drogado.

Sip, terminó saliendo todo como el orto.

A penas llegamos nos separamos todos a la mierda y yo me terminé yendo después de unas horas sin los pibes.

Bueno... capaz me salté la parte en la que Valen casi se caga a palo con medio boliche porque según él "me miraban irrespetuosamente". Y le doy toda la razón.

Aunque como la décima octava vez me re calenté y ahí si, cada uno se fue por su lado.

—¿Quién so' vo'? —preguntó ido.

—Dale imbecil. —Intenté sacarle la botella pero no pude.

—¡Déjame! —gritó alejándose de mí —¡Yo soy hombre de otra mujer! —Se señaló.

—Valen, soy Vicky —hablé con tranquilidad intentando ganarme su confianza.

—¿Vicky? —Sacudió la cabeza e intentó concentrarse en mí.

Hice un ruidito de aprobación y asentí con la cabeza.

—Ves. —Di una vuelta para calmarlo.

—¡Vicky! —exclamó feliz y se acercó para abrazarme —. Te extrañé mucho, perdón. —Apoyó su cabeza entré mi cuello y mi hombro.

—Nene malo —lo rete con desaprobación.

—No soy un nene —susurró.

¿Por qué mejor no negas que sos malo? Hijo de puta.

—Bueno, vamos. —Le saqué la botella de la mano y como pude, caminé con su peso arriba del mío hasta un banco —. Sentate ahí. —Lo tiré arriba del banco y casi se mata, pero todo tranqui.

—Me dolió —se quejó acariciandose la cabeza.

—Por tarado. —Me senté al lado de él.

Valen me miró con un puchero.

—No me digas cosas feas. —Jugó con sus dedos.

—¿Qué mierda voy a hacer con vos? — suspire.

—Muchas cosas podes hacer conmigo Vicky, yo no me voy a enojar —me aseguró negando con la cabeza al decir lo último —. Mientra' sea Vicky, Valen no dice nada.

¿Por qué me da tanta ternura que hablé de él en tercera persona como un estúpido?.

—No tomes nunca más, ¿me escuchaste? —Le pegué un saque en la nuca.

No tengo que caer en la locura.

—¡Ahia!, Vicky —susurró acariciandose la zona afectada.

Ya es tarde.

—Valen... —me quejé dando golpes con mi pie en el piso.

—¿Qué hice? —preguntó confundido.

—¡Reacciona, boludito! —llevé mis manos a sus hombros y lo sacudí.

—Me mareo... —Puso una mano sobre mi brazo para que pare de sacudirlo.

—¡No me toques porque te cago a palos! —Me alejé de él.

¿Qué mierda hago?.

Me crucé de brazos y miré el piso.

Me tengo que calmar.

Tengo que respirar y tengo que ser comprensiva.

Claro... comprensiva.

—Tengo sueño —dijo Valen apoyando su cabeza arriba de mis muslos y acostándose en el banco.

—Bueno —susurré.

Pasé mis dedos por su pelo.

Estoy siendo muy comprensiva.

—Tengo un poquis de frío. —Se acurrucó más cerca de mí. 

¿Y qué querés que haga la concha de tu madre?.

—Bueno, ya esta. —Seguí enredando mis dedos en las hebras de su pelo.

—Te quiero, Vicky —susurró —. No le digas a Dani que te lo dije, porfa. —Escondió más su cara en mis muslos con miedo.

Compañeros de Calle; Wos.Where stories live. Discover now