OO6.

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Los mininos observaron la escena sin prestar mucha atención, queriendo estar lo más alejado de su dueña por lo irritada que se le escuchaba la voz, y dejo que HoSeok lo siguiera consintiendo. 

—Es que, no lo sé.

Se lograba escuchar con claridad la apagada voz del chico.

YoonGi estiro sus patitas sintiendo plena curiosidad, dejando que su misterioso deseo de acercarse al chico lo guiasen y termino postrado en el regazo del muchacho.

Al principio tenía miedo, no lo podía negar, mas su dueña paso de él y se sintió seguro al no recibir algún regaño.

—Te gusta, TaeHyung ¿O me equivoco? —emitió con irritación la mayor.

NamJoon permaneció callado, encogiéndose en su sitio, dejando a su mano comenzar un vaivén en el pelo del minino. No era que no quisiera contestarlo, más no estaba seguro de su respuesta o que significaba querer a alguien con exactitud.

—¿Miau? —YoonGi deseo con todas sus fuerzas llamar la atención de los dos adultos, sintiendo leves caricias en su cuello y por impulso gatuno comenzó a ronronear, sacándole una pequeña sonrisa al castaño.

—¿Y? —exigió Lea.

NamJoon mordió su labio, aún sin contestar.

¿Qué es gustar? —pidió el minino, sin entender por completo la situación.

Para él, el menor estaba siendo regañado por su dueña, o dándole alguna lección.

Movió su cola con insistencia, levantando sus orejitas feliz al ser comprendido. Aunque claro, las palabras inicialmente iban dirigidas al chico.

—Mira, te explico como a un niño de kínder ¿Okey? —aclaró rodando los ojos.

Tanto humano como minino asintieron.

—Haber… —se planteó como iniciar—. Si eres feliz a su lado —el minino iba asintiendo ante cada palabra de la chica—, te sientes seguro y confortado junto a esa persona, le aguantas todo hasta sus chistes malos y te agrada más el tiempo que pasan juntos que el que pasas con el resto de tus amigos… es posible que te guste.

Si bien YoonGi comprendía lo que le decía su dueña, otras no le quedaban muy claras. Movió sus bigotes dejando a su cuerpo estático, entrando a un dilema casi existencial con sus pensamientos revueltos.

—¡Ah! —exclamó la joven, recordando algo—. Al principio te duele el estómago como la mierda, según, se le llaman mariposas. —bufó con molestia.

Y si todo aquello era cierto… ¡Demonios! Ya entendía por qué su pancita le molestaba como loco.

Bajo saltando del regazo del animal más civilizado y lo observo marchándose a grandes pasos, yéndose del lugar sin ninguna explicación más decidido y contento.

YoonGi sintió como todo el peso de HoSeok era dejado sobre sí, siendo aplastado por él y noto como sus orejitas se encontraban levantadas, con sus pupilas por completo redondas. Juraría que hace unos instantes lo vio jugando con la lana.

—¡YoonYoon! —exclamó el minino aún teniendo al mencionado a un lado.

El blanquecino lo miro con disgusto, logrando que se levantara de sí y sintió la áspera lengua del felino contra su oído.

—¡Me gusta! —chilló el naranjo sin pena, habiéndole prestado total atención a la conversación anterior.

Si el minino fuera un humano, juraría que su cara habría de tornarse por completo roja.

—Me gusta, mucho. —repitió frotando su pelaje contra el del mayor.

Si su dueña tenía razón a YoonGi también le gustaba, sintiéndose estúpidamente feliz ya que él nunca se lo planteo, más ¿Qué implicaba el ahora gustarse?

Gato Gruñón © YoonSeokWhere stories live. Discover now