Por Eso Y Mucho Más, Te Amo. [Terminado]

II

Capítulo Dos: Cita.

Era un domingo por la mañana, los rayos del sol se colaban por la ventana de la habitación que compartía con mi brócoli con patas.
Estaba muy a gusto durmiendo, cuando siento que alguien me empieza a mover de un lado a otro.

—Kacchan, despierta.

Joder ya me había despertado, aunque me negaba a abrir los ojos.

—No.

Izuku y yo sabemos que soy débil por las mañanas.
Me siguió moviendo, hasta que al fin, logro hacer que me levantara un poco, pero me colgué de él.

—Kacchaaaaan.

—Cállate o te mato.

Si, te mataré pero a besos.
Deku ríe un poco pues sabe que no lo digo en serio.

—¿Quieres tener una cita?

La verdad es que no quería salir, a él le gustan este tipo de cosas así que ¿Quién soy yo para decirle que no a algo?

—Bien, iré.

Me levanto adormilado para ir a lavarme los dientes, Deku va tras de mí solo observandome con una sonrisa.
A mitad de lo que estoy haciendo, se acerca y me da un beso en la mejilla.

—Haré el desayuno— y con eso sale del baño.

Diablos, acabo de sonrojarme.

.

.

.

He llegado al comedor donde me espera un delicioso desayuno, mi brócoli con patas ya esta sentado esperando por mí.
Antes de tomar asiento junto a él le robo un beso, acariciando su cabello alborotado.

No cambiaría ésto por nada del mundo.
Y con "ésto" me refiero a tener a Izuku, conmigo, siendo mi pareja.

No soy el hombre más romántico del mundo, de hecho los pensamientos que tengo que lo involucran me dan cierta vergüenza.
Por qué nunca podría decirle directamente todo lo que amo de él, que pienso o alguna cosa así...

Pero...

De alguna manera Deku lo entiende.
Entiende que no es fácil para mí expresarme.
Y entiende que la mejor manera de expresar mi sentir es más con acciones que con palabras.

Al terminar de desayunar me encargo de lavar los platos.

—Yo iré a arreglarme primero, ¿De acuerdo?

—Si...

Oh, si supieras que con cualquier cosa que uses te verás increíble.

Pasa una hora después, y estamos listos para salir.
Y efectivamente, luce bellísimo.
No puedo evitar sonrojarme.
Esta es una perfecta oportunidad, nos estamos colocando los zapatos cuando decido que debo hablar.