El tiempo siempre ha sido algo impredecible, con cambios bruscos y vueltas sin sentido. Solo existe una persona lo suficientemente poderosa como para doblar las reglas del tiempo y cambiar el destino del mundo en un abrir y cerrar de ojos.
Cuando to...
El asunto aquí es que las naciones elementales se encontraban en guerra en ese preciso momento, y el hecho de aparecer repentinamente en un salón exquisitamente decorado, rodeados de lo que son, sin ninguna duda, enemigos, hace que cualquiera se ponga de los nervios. Todos los shinobis estaban en guardia, mirándose con desconfianza, esperando que cualquiera diera un movimiento en falso para atacar sin remordimiento. Cuando el Raikage se disponía a exigir explicaciones una niebla blanca los empezó a rodear de forma sofocante, enroscandose en sus extremidades y apretando de forma sutilmente amenazante.
Todos detuvieron sus movimientos, mirando con ligera preocupación los arcillos blancos grumosos que se extendían por toda la habitación, haciendo que el respirar fuera una completa lucha. De repente, una voz completamente indiferente, tan fría como la misma nieve y aterradora como el infierno, se hizo presente con un susurro escalofriante.
- Bienvenidos a mi santuario, mortales.- era sin ninguna duda la voz de una mujer, anciana, tal vez.
-¡¿Quién eres?! ¡¿Dónde estamos?!- exclamó hecho una furia Shimura Danzo, su mirada colérica buscaba la posible amenaza que los arrastró a ese lugar.
-¿Quién soy? No veo como eso es relevante para seres inferiores.- la risa sarcástica, acompañada de ese tono burlón solo encendió aún más el enojo del Shimura.- ¿En dónde están? En mi territorio, el Reino del Tiempo, aquí mi poder y mi voluntad son completamente absolutos.
Los ninjas se miraron entre ellos, estaba la posibilidad de que eso fuera un truco del enemigo, una treta para hacerlos bajar la guardia y matarlos a todos. La desconfianza era palpable en el gélido aire. Nunca habían escuchado de algo como el "Reino del Tiempo", y ésta extraña niebla era completamente preocupante, por decir algo.
-No se preocupen, humanos, el único daño que podrían tener aquí es solo si ustedes mismos se lo ganan. Después de todo, aquí no pueden usar su chakra o sus habilidades.- eso les cayó como un balde de agua fría, todos intentaron, de manera inconciente, activar sus canales de chakra, para descubrir en absoluto pánico que no podían acceder a ellas. Una risa baja envolvió sus huesos.
Con un susurro suave como la seda, las palabras de la anciana se deslizó por sus oídos, como la caricia del pétalo de una flor: -Mi trabajo es preservar la vida misma y mantener el flujo del tiempo, pero ese trabajo se complica cuando los seres que habitaban en la Tierra deciden que es buena idea desafiar fuerzas más allá de la imaginación. Cada día que pasa, sus acciones son un reflejo del pasado, es completamente repetitivo y obsoleto. Ustedes, mortales, cavaron su propia tumba. Continuando el ciclo abusivo de sus antepasados, enseñando a las futuras generaciones ese mismo odio sin sentido, ¡cambiando la historia a su beneficio!- esas últimas palabras fueron un grito atronador, aturdiendo a todos los presentes.- Aquí verán su pasado, su presente y su futuro. Y quien no esté de acuerdo, será eliminado, el mundo no necesita más ignorancia.
-¿N-no podemos irnos?- murmuró un joven de Suna.
-No tienen opción, yo mando aquí, después de todo.
La gran mayoría dieron un asentamiento reacio, la desconfianza latía, pero no más que el miedo por sus camaradas y familiares que estaban presentes. Un vistazo más aproximado dio a conocer a todo los civiles de las naciones, así como los daimyō y los samurái. Todos estaban presentes, y fue cuando notaron la inmensidad del salón. Mirando por las ventanas, un cielo azul parcialmente oculto por nubes blancas cubría todo lo que los ojos podían apreciar. Estaban atrapados, sin opción a lucha y rodeados de enemigos.
Aunque eso no significaba que no intentarían escapar, nada garantizaba que esa misteriosa mujer niebla no intentaba matarlos. Definitivamente estaba enojada. Pero lo tomarían con calma, después de todo, la paciencia es una virtud.
Eón no era estúpida, los posibles escenarios pasaban por su mente con la velocidad de la luz, los planes cambiaban el flujo, pero ella siempre vería el final. Los mortales eran, indiscutiblemente, sus inferiores.
De repente la sala empezó a cambiar, grandes cuadros negros los rodeaban y ellos cayeron al suelo por la presión de la niebla, estaban sentados en mullidas alfombras, rodeados de cojines y almohadones, separados por territorios.
-El futuro es un lugar lleno de dolor y miseria, al igual que todas las líneas de tiempo. Pero hay un detonante diferente en esta ocasión, y eso es la revolución de un grupo en específico, que va a causar una gran cantidad de estragos y cambios. Ellos son el despertar de un nuevo amanecer.
En las pantallas negras aparecieron los kanjis de la palabra:
'暁,A K A T S U K I'
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Bajo la atenta mirada de todos, un vídeo empezó a reproducirse.
-Comencemos~
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¡Listo el primer capítulo!
Ahora, empezaremos primero con los Akatsuki, sus objetivos, miembros, el porqué existe la organización y los alcances que han tenido. Cabe destacar que muchos de los miembros no han nacido, y los que están aún tienen asuntos completamente distintos entre sí.
🍭 Este arco tendrá unos 15 capítulos o más, dependiendo de que tanto me extienda.
🍭 Las advertencias estarán al comienzo de cada capítulo, esto es para evitar el contenido que no sea de su gusto o preferencia.
🍭 Mi computadora se dañó, así que estoy escribiendo en mi teléfono, lo cual es sumamente incómodo. Eso significa que se me hace muy díficil estar pendiente de los errores ortográficos, en otras palabras, las correcciones se harán cuando acabe cada arco. Eso evitará los retrasos a la hora de escribir la historia, por favor, tengan un poco de paciencia conmigo, soy un desastre andante.
🍭 Me gusta la angustia, es algo que complementa mi día a día, así que prepárense para llorar con ganas.
