Capítulo Catorce: Lluvia

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El barco que zarpaba desde Francia con rumbo a Trinidad parecía una combinación de máquina mortal y barco de turistas: no era demasiado grande, tenía un buffet en la sala principal y los camarotes estaban contados para al menos 20 personas

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El barco que zarpaba desde Francia con rumbo a Trinidad parecía una combinación de máquina mortal y barco de turistas: no era demasiado grande, tenía un buffet en la sala principal y los camarotes estaban contados para al menos 20 personas. Había "habitaciones" para los trabajadores, las cuales eran subterráneas y parecían refugios más que un lugar de descanso.

Francis y Lucille me despidieron ahí en la costa, después de que el chico entrara mi equipaje y encontráramos el lugar donde estaría durmiendo. Aunque venía a trabajar en la planta más baja del barco, el dueño y capitán reconocieron mi apellido y se llevaron casi 2 horas de charla sobre mi padre cuando fui a comprar el boleto. Así, es que me acomodaron un camarote aunque pretendía dormir con las otras trabajadoras.

Esa mañana estaba lloviendo, no era el mejor día para comenzar un viaje por mar pero se debía hacer de igual forma.

— Cuando se vayan de Francia, envíen una carta a mi casa en Avonlea para leerla cuando regrese. James estará ahí entonces, si regresan antes, pueden quedarse en nuestra casa todo el tiempo que deseen.

— Está bien, Jenny. Te estaremos molestando en unos meses ahí — Francis dijo eso mientras se despedía con un abrazo, después dejando que Lucille me revisara por última vez antes de jalarla del brazo porque seguía insistiendo en que yo tenía gripa.

— Estaré bien, chicos. Nos vemos en otra ocasión.

El barco no demoró en iniciar su camino tiempo después de entrar al camarote. Tengo un trabajo que hacer, y definitivamente no con la ropa que llevo. Comencé a cambiarme en mis pantalones de trabajo, junto con la camisa y el sombrero que siempre usaba. Mi cabello era demasiado largo y molestaba al intentar trabajar, así que lo acomode con varias pinzas y un lazo.

La parte inferior del barco estaba más calmada de lo que esperaba. Ya que solo había pasado una hora desde que zarpamos, no habían muchos problemas. Cuando estuve ahí saludé a algunos trabajadores que se encontraban recostados en sus respectivos lugares y me acerqué al supervisor.

— Buenos días, señor. — El hombre me observó de arriba a abajo en eso momento, y preferí seguir con mi sonrisa mientras hablaba.

— ¿Es usted James McKyntire? — Cuando iba a seguir hablando él comentó eso. Me quedé congelada como un bloque, sin saber que más decir. ¿Por qué el nombre de mi hermano? — El mecánico que trajo el capitán. Yo soy el supervisor Blanc.

— Yo... — Ni siquiera quiso escucharme más y me entregó varias hojas impresas en papel amarillo, casi como el de los periódicos. — ¿Y esto?

— Son los planos del motor. Usualmente no hay problemas mayores con él, pero este va a ser uno de los viajes más largos que ha hecho el barco, así que harías bien en aprendértelo para cuando te necesitemos.

— Señor, pero yo-

— Vaya arriba, aquí ya hay suficientes personas.

— Quisiera darle un vistazo a las máquinas, señor. Especialmente la de carbón. — De nuevo me miró de arriba a abajo, silbándole a dos trabajadores para que me acompañaran.

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⏰ Last updated: Aug 13, 2021 ⏰

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Jenny: Bellyache - gilbert blytheWhere stories live. Discover now