Capítulo 52

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Narra Juliana

Una vez más Valentina no había asistido a clases. – ¡Mierda Juliana deja de pensar en ella!- cada vez que ella llegaba a mis pensamientos, mi voz interna me reprendía pero me era completamente imposible sacarla de mi mente.

—Valdés— cerré la puerta de mi casillero para poder ver quien era quien me llamaba. Era el idiota de Sergio.

Juls: — ¿Qué quieres?— le pregunte de mala gana, ganas para partirle la cara me sobraban.

Sergio: —Es Valentina — dijo agitado seguramente venia corriendo.

Juls: —Sergio— dije con fastidio —No estoy de humor sí y mucho menos si se trata de ella...— me di la media vuelta.

Sergio: —Se irá...— escuché que decía a lo lejos

Juls: —Que le vaya bien— dije sin detenerme

Sergio: —Tú no entiendes ¿cierto? Ella te necesita— me detuve y regrese hacia él.

Juls: — ¿Para qué? ¿Apostaron de nuevo?— pasé mi mano por mi cabello con desespero —No me interesa nada relacionado con ella, me da lo mismo si me necesita o no, le deje muy claro que no la quería cerca de mí. — me miraba con rabia y puedo jurar que yo a él también.

Sergio: —Perfecto— miró hacia abajo y luego volvió a subir la mirada —En dos horas se va del país— rebusco en su mochila y sacó un sobre blanco, me lo lanzó y por reflejo lo atrape. —Yo me alejé cuando más me necesitaba y tú fuiste la única que estuvo ahí con ella, créeme ella no jugó contigo— se dio la media vuelta dejándome en medio del pasillo con el sobre blanco en mis manos.

Lo miré y al ver su letra el coraje me inundo y con ambas manos la arrugue haciéndola una bola de papel que terminaría en el primer basurero que me encontrara. Me acerque al basurero y miré una vez más la bola de papel; se iba del país, tal vez sabría lo último que sabría de ella. No pude hacerlo y guarde la bola de papel en un bolsillo de mi chaqueta. Regresé a mi casillero y dejé los libros, no tenía ganas de entrar a clases.

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Llegué a casa, estaba vacía. Últimamente parecía que nadie vivía ahí, Sofía seguía resentida ya que un par de veces más le grité por constantemente preguntarme por Valentina al igual Pablo, nunca les había hablado de ese modo pero tampoco nunca me había sentido así de destrozada, así de dolida y ellos no podrían entenderme por más que quisiera.

De la rabia subí a mi habitación corriendo y empece a lanzar todo al piso, a partir cosas sin importarme lastimarme, ya todo me daba igual de alguna manera quería sacar ésta rabia que Valentina y la vida se habían encargado de crear; habia destrozado ni habitación pero necesitaba más así que baje corriendo y comencé a tirar todo mientras gritaba y sacaba lo que quedaba dentro de mí, tenía tenía hacerlo o sino moriría en vida.

Me dejé caer en el sillón central de la sala cansada, mirando hacía la apagada televisión. Eché la cabeza hacía atrás viendo el techo, tratando de organizar mis pensamientos, metí mis manos a los bolsillos de la chaqueta y nuevamente sentí la bola de papel, la saqué, la extendí y nuevamente leí el Juliana que había con bolígrafo rosa. Ella sabía cuánto detestaba que usara esa tinta incómoda para leer. "Vamos Juliana ¿Qué puedes perder?" mi mente me animo a leerla, ya no podía sentirme peor así que rompí el sobre por uno de los costados para sacar la hoja blanca doblada en tres ahora también arrugada. Tinta negra abarcaba más de la mitad de la hoja.

Juliana:

Sé que detestas que escriba con bolígrafo rosa, lo siento no tenía otro sobre... No sé si leerás esto, tal vez no lo hagas y esto terminará en el bote de la basura pero ni pierdo nada intentándolo.

Fui una estúpida, jamás debí haber jugado con algo así. Sé que estuve mal y es algo que jamás me podre perdonar... Pero quiero que sepas que todas las cosas que te dije nunca fueron falsas, todo lo que te decía salía de mi corazón.

Al principio lo vi como un reto, me decían que era completamente imposible que tú, te fijaras en mí, que era imposible que siquiera me dijeras tu nombre... y mira que lo fue pero valió la pena, las últimas semanas que estuvimos juntas... Fueron ¡Increíbles!

Ahora me doy cuenta de que a Gabriela nunca la ame, sólo fue un capricho que me negaba a perder; supe que no la amaba cuando conocí a la verdadera Juliana y ahí fue cuando me enamoré de verdad y por primera vez... Te amo tanto Juls y entiendo que no quieras verme, ni saber nada de mí pero tenías que saber esto, tenía que hacerte saber que te amo y lo seguiré haciendo.

También para decirte que me iré... Nadie (Tú, mi madre y Sergio) sabe a dónde iré, sólo les avise que saldría del país, después de todo, aquí no hay nada que me retenga. Tenías razón estaba sola, estoy sola, excepto el tiempo que estuve contigo, la palabra soledad desaparecía de mi vocabulario, cuando estaba con ustedes, contigo, Sofía y Pablo, me sentía tan querida, me sentía tan importante y es algo que les agradezco de sobremanera.

Por favor dile a Sofía que me perdone por haberle mentido, seguro estará molesta conmigo pero que no se le olvide que ella, Pablo y tu Juliana... fueron lo más importante que tuve.

Te amo Juliana y una vez más perdóname...

Valentina Carvajal.

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¡OMG!.. ¿Qué hará Juls ahora, después de leer esta carta?..🤔🤔 Estoy de nervios😨

Se me acaba de ocurrir algo, pero se los diré en el siguiente capítulo😁

Cuídense mucho bebecitas, las adoro😘🥰💋💜💙

ME, MYSELF AND IWhere stories live. Discover now