XXIV

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El se divertía, la pasaba muy bien, tomaba hasta emborracharse con sus amigos.

Por suerte su mejor amigo había ido mejorando, entonces podía volver a su vida. Le preocupaba, eso estaba claro. Pero estar allí , rodeado de toda esa gente no le gustaba. Le hacía recordar quién era el.

Lleva una vida que cualquiera le envidiaría.
Un buen fisico y una personalidad totalmente magnética . Lo sabia muy bien y se aprovechaba de ello. Cualquier mujer estaba a sus pies, de todos los tipos, las utilizaba para llenar su vacío .

De vez en cuando le daba a alguna el título de favorita y la mantenía al lado suyo, la respetaba. Pero eso no quería decir de que siempre le era fiel.

Sin embargo, al final del día, cuando se encontraba sin ninguna compañía ademas de él mismo sentía un vacío extremadamente inexplicable en su interior. Como si algo le doliera. Como si algo le faltaba.

Y sabía perfectamente qué era. O quién era.

Pero jamas lo admitiría. Además llevaba aquella vida tan envidiable. No podía echarlo todo por la borda y perderlo.

Orgulloso. Soberbio. Agrandado. Egocéntrico.

Pero de Buen Corazón.

Incluso sensible, al igual que ella.

Las apariencias suelen engañarnos. Más a menudo de que nos damos cuenta...

Había una vez un nuncaWhere stories live. Discover now