XXIII

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Y regresó al sur.Se alejó de él, de nuevo.

Pero esta vez expectante a su próximo encuentro. Le echaba de menos. A pesar de que a penas interactuaban.

Estaba segura que pronto se volverían a ver.

También estaba segura de que él no valía las lágrimas que ella había llorado. Se conocía muy bien a sí misma y sabìa que cada vez que sus caminos se cruzaban era como si lo volviera a conocer, se volviera a enamorar de él , una y otra vez.

Lo peor de ese amor que simulaba ser no correspondido era que parecía que ella no le importaba no ser querida.

Quería dejar de verlo para olvidar pero se lo encontraba cada noche en sus sueños.

Las pupilas de él, el circulo vicioso de ella.

Solía pasar noches en vela, tratando de convencerse de que no tenían ningun futuro juntos, de que él no la merecía, que seguro ambos encontrarían a su "alma gemela" en algùn otro lado. O gritàndose a si misma de que él no la amaba ni la mitad de lo que ella lo hacía.

Pero nadie podía oí, ya que gritaba dentro de su corazon.

Ni siquiera su ángel guardián.

Había una vez un nuncaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora