━ Aunque la pequeña e introvertida niña este sufriendo, de su boca no saldría ninguna palabra, porque está herida.
Dónde después de una dolorosa muerte la vida de Seo Yewoo cambia para mal, y trata de encargarse de todos los problemas que su her...
— ¿Por qué no hay más fotos de tu hermana? — rebuscó entre un baúl que Yewoo tenía en el baño de su habitación. La de flequillo trataba de apartarlo, pero Ni-ki se aferraba en encontrar una sola foto.
No podían haberla olvidado sólo así.
— ¡Deja de ver mis cosas! — dió uno, dos y tres golpes sintiendo la rabia crecer en su sistema.
Por su mente había pasado la imagen de Ni-ki y ella llevandose bien, siendo verdaderos amigos, pero ahora no estaba tan segura. Yewoo se había llenado la mente de poder importarle a ese chico, aunque fuera un poco, pero suponía que su visita tenía un motivo escondido. Y ahora estaba viendo cuál era.
— ¿Sólo para esto veniste, verdad? ¡¿Por qué quieres fotos de mi hermana?!
— ¿¡Por qué ya no tienes fotos de tu hermana!?— contraatacó sin siquiera hacerle caso a lo que dijo Yewoo. Mirándole por encima del hombro y con repulsión le dijo: — ¿Tan poca cosa era ella para ti? ¿Tanto para que la olvides en unas cuantas semanas?
¿Quién se creía ese chico para hablarle así? ¿Se creía tan importante en la vida de Soodam para tomar el control, y poderle gritar de aquella forma? No, no lo era. Nishimura Ni-ki sólo era un amigo que su hermana tenía antes de morir, pero en cambio, ella era su hermana, era su hermana en la vida y en la muerte.
— ¿Por qué preguntas eso? — La voz de la chica fue temblorosa, había tocado una fibra sensible en ella, tenía miedo de seguir hablando y soltarse a llorar en cualquier momento, temía retroceder todo lo que ya había avanzado para no dejarse caer por la muerte de una de las personas más importantes en su corta vida. — ¿Qué derecho tienes de preguntarme eso? A mi me duele más que a ti, yo soy su hermana tu sólo eres... eres...
Ni-ki se tensó cuando supo que rumbo dirigían las palabras que Yewoo le estaba diciendo.
— Dilo. — habló cortante sin siquiera voltear a ver. Su mirada quedaba en algún punto vacío del baúl.
— Sólo eres un tonto amigo que estaba enamorado de ella.
El silencio carcomía las entrañas de la chica. Sabía que había hecho enojar a Ni-ki, no podía verle la cara, pero su cuerpo decía muchas cosas.
Sin dirigirle la palabra a la chica, Ni-ki se levantó de su lugar y salió del baño, seguido de ahí, Yewoo escuchó la puerta de su habitación cerrarse y a sus padres despidiéndose de él.
Tragó saliva tomando fuerzas para acercarse a ese baúl. Era un baúl de recuerdos. Una pequeña tradición que Soodam y ella tenían: sólo guardaban cosas que necesitaban ser recordadas para más adelante. Yewoo vió ese dibujo en lo más profundo de ese lugar. Lo tomó en sus brazos y una sonrisa se extendió por sus labios.
Era un dibujo que ella había hecho cuando tenía díez. Los principales eran ella, Soodam y Ni-ki tomados de las manos. Cómo amigos.
Mejores amigos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
