Parte 1

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UNA PROPUESTA INDECOROSA

La fiesta se desarrollaba con absoluta tranquilidad, algunos tragos, comida, buena charla y la mejor compañía. No era muy común que todos pudieran reunirse por lo que el ambiente estaba lleno de risas y bromas, algunos recuerdos de misiones pasadas, y no es que se esforzaran en ser graciosos, simplemente aprovechaban el momento. Lo disfrutaban.

Sakura hablaba animadamente con Naruto, se habían apartado un poco para que el ruido de la música le permitiera a la médico dar recomendaciones sobre la salud de su compañero. Nunca era demasiado precavida cuando se trataba de él, y aunque se veían con frecuencia, intentaba recordarle lo cuidadoso que debía ser.

-Ahora vuelve con Hinata, te espera.

-Por supuesto, ¿no entras?

-Tomaré un poco de aire antes.

-De acuerdo, pero no te quedes mucho tiempo afuera o podrías resfriarte.

Sakura se quedó observando la escena, la fiesta improvisada sin motivo alguno más que relajarse y pasar un buen rato, recordar que la Guerra había terminado. Ahí estaban algunos sobrevivientes, no eran los mismos, faltaban algunos que nunca volverían, se podía ver en Lee y Tenten un dejo de melancolía por Neji, Ino y Shikamaru habían perdido a sus padres... Todos tenían heridas que no sanaban, pero esa fiesta les ayudaba un poco.

La médico se arregló el vestido, uno rosa, del color de su cabello, de tirantes y más corto de lo que acostumbraba a usar, pero era una ocasión especial. Buscó a Sasuke con la mirada, no lo encontraba por ninguna parte. El Uchiha se iría pronto de Konoha, y Sakura quería aprovechar el tiempo para aclarar la situación entre ellos. Estaba segura de que Sasuke sentía algo por ella, ahora lo importante era desarrollar ese sentimiento y no perdería ninguna oportunidad.

Lo intentó, pero la verdad es que seguía profundamente enamorada de él, perdonó cada uno de sus errores, incluso que en alguna ocasión la atacara. Lo perdonó todo porque sin duda ahora era un ninja diferente, su mirada había cambiado mucho, lo mismo que su actitud, y si alguna tenía una oportunidad con él, era ella.

La visitaba en su casa, cuando se encontraban en la calle la invitaba a tomar algo, aunque ella siempre lo rechazaba con una sonrisa prometiendo que la próxima vez irían a comer algo.

Estaba a punto de entrar de nuevo al pequeño bar donde se celebraba la fiesta cuando escuchó la risa de una mujer, sonaba un poco coqueta, seguro que estaba pasando un buen rato con alguien. Y precisamente fue ese alguien el que le borró el humor de la noche. Escuchó la risa de Sasuke también, inconfundible por ser tan escasa, que pocas veces ella había logrado escuchar, mucho menos provocar. Se acercó silenciosamente, ellos no estaban lejos, a un costado del bar, en un rincón oscuro. En realidad ya sabía con qué escena se encontraría, y era demasiado masoquista querer verlo, pero lo necesitaba.

Claro que era Sasuke, la poca luz que llegaba de una de las lámparas alumbraba su inconfundible cabello negro. Le besaba el cuello a Karin, si eso podía considerarse un beso, la verdad es que para ella era como si la estuviera devorando. La tenía contra una de las paredes del bar, sus manos estaban por todos lados, se metían debajo de la blusa hasta que dejaron al descubierto su sostén, levantaban la falda sin el menor titubeo. El ruido de los besos era fuerte y seguro, como también los jadeos de Karin que se mezclaban con una risa juguetona. Las manos de Karin tampoco se quedaban quietas, ya estaban por desabrochar el pantaloncillo del ninja. Era tan obvio lo que sucedería como lo era el hecho de que no era la primera vez, se reconocían, el deseo no era nuevo, sino surgido de la repetición.

Demasiado ocupados con el placer para fijarse en ella.

Sakura se dio media vuelta y cuando se aseguró de que no la veían, vomitó. Sentía el rostro arder de vergüenza por ver algo así, y también sintió que los ojos le ardían y no tardaron en llenarse de lágrimas y caer al piso.

LAS ENSEÑANZAS DEL HOKAGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora