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—Me alegra que me haya alcanzado antes de irme —murmuro, aún
sorprendida—. Mi padre estuvo tuvo un accidente de coche, y acabamos de trasladarlo aquí desde Elche .

—Oh, lo siento. ¿Cómo está?

—Está bien, gracias. En vías de recuperación.

—Eso es bueno. Y explica por qué canceló el viernes.

La Dra. Greene mueve el ratón en su escritorio y el ordenador vuelve a la vida.

—Sí… han pasado más de trece semanas. Mejor hacemos otra prueba antes de darle otra inyección.

—¿Una prueba? —susurro, la sangre saliendo de mi cabeza.

—Una prueba de embarazo.

Oh, no.

Ella mete la mano en uno de los cajones de su escritorio.

—Ya sabe qué hacer con esto. —Me entrega un pequeño contenedor —. El baño está justo fuera de mi oficina.

Me pongo de pie en un trance, todo mi cuerpo operando en piloto
automático y me tambaleo hacia el baño.

Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda. ¿Cómo pude dejar que esto
sucediera… de nuevo? De repente siento nauseas y ofrezco una plegaria silenciosa. Por favor, no. Por favor, no. Es demasiado pronto. Es demasiado
pronto. Es demasiado pronto.

Cuando regreso a la oficina de la Dra. Greene, ella me ofrece una apretada sonrisa y hace un gesto para que me siente frente a su escritorio. Me siento y sin hablar le entrego mi muestra. Ella sumerge un pequeño palo blanco en el contenedor y observa. Levanta una ceja a medida que se vuelve azul pálido.

—¿Qué significa el azul? —La tensión casi me está ahogando.

Me mira, los ojos serios.

—Bueno, Sra. Martín , significa que está embarazada. No sabía que estaban en tratamientos para tener este bebé,pero bueno, Vanesa si ha tenido varios procedimientos de extraer sus óvulos.

¿Qué? No, no, no. Mierda.

Espera... ¿Vanesa con tratamientos para extraer sus óvulos?

Si usted supiera el "tratamiento" de Vanesa.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Qué le diré a vanesa? Bueno, el juguetito es de Vanesa... Pero yo cancele las citas, bueno no yo... AY.

Miro a la Dra. Greene, mi mundo colapsando alrededor de mí. Un
bebé. Un bebé. No quiero un bebé… no todavía. Maldición. Y sé
en lo más profundo que Vanesa va a enloquecer.

—Sra. Martín , está muy pálida. ¿Le gustaría un vaso con agua?

—Por favor. —Mi voz apenas era audible. Mi mente estaba acelerada.

¿Embarazada? ¿Cuando?

—Lo interpreto como que está sorprendida.

Asiento en silencio a la buena doctora mientras me alcanza un vaso de agua de su fuente de agua convenientemente ubicada. Tomo un
bienvenido sorbo.

—Asombrada —susurro.

—Podríamos hacer un ultrasonido para ver cuán avanzado está el
embarazo. Juzgando por su reacción sospecho que sólo tiene pocas
semanas de concepción, cuatro o cinco semanas de embarazo. ¿Supongo que no está sufriendo de ningún otro síntoma?

Niego con la cabeza. ¿Síntomas? No lo creo.

—Pensé… pensé que esta era una forma fiable de anticonceptivos.

La Dra. Greene alza una ceja.

—Normalmente lo es, cuando te acuerdas de la inyección —dice fríamente.

—Debo haber perdido la noción del tiempo. —Vanesa va a enloquecer. Lo sé.

—¿Ha estado sangrando?

Frunzo el ceño.

—No.

—Eso es normal para el Depo. Vamos a hacer un ultrasonido ¿bien? Tengo tiempo.

Asiento, desconcertada, y la Dra. Greene me dirige hacia una mesa de cuero negro detrás de la pantalla.

—Si sólo se quita la falda, la ropa interior, y se cubre con la manta sobre la mesa, vamos a partir de allí —dice rápidamente.

¿Ropa interior? Estaba esperando un escaneo de ultrasonido por encima
del vientre. ¿Por qué necesito quitarme mi ropa interior? Me encojo de hombros en consternación luego rápidamente hago lo que dice y me acuesto por debajo de la blanca y suave manta.

—Así es. —La Dra. Greene aparece al final de la mesa, empujando la
máquina de ultrasonido más cerca.

Se trata de una pila de ordenadores de alta tecnología. Sentándose, posiciona la pantalla para que las dos la podamos ver y corre el trackball del teclado.
La pantalla vuelve a la vida.

—Si pudiese levantar y doblar las rodillas, luego abrirlas —dice con la mayor naturalidad.

Frunzo el ceño con recelo.

—Este es un ultrasonido vaginal. Si estás embarazada, deberíamos ser
capaces de encontrar al bebé con él. —Ella sostiene una máquina larga y blanca.

Oh, ¡tienes que estar bromeando!

—Bien —murmuro, mortificada, y hago como dice. Greene pone un condón
sobre el tubo y lo lubrica con gel transparente.

—Sra. Martín , si pudiese relajarse.

¿Relajarme? Estoy embarazada, ¡maldición! ¿Cómo espera que me relaje?

Me sonrojo, y trato de encontrar mi lugar feliz… el cual estaba relocalizado en algún lugar cerca de la perdida isla de Atlantis.

Lenta y gentilmente inserta la sonda.

¡Maldita sea!

Todo lo que puedo ver es el equivalente visual al ruido blanco, a pesar de que es más que todo sepia. Lentamente, la Dra. Greene mueve la sonda alrededor, y es muy desconcertante.

—Allí —murmura. Presiona un botón congelado la imagen en la pantalla, y señala un Pequeño destello en la tormenta sepia.

Es un Pequeño Blip. Hay
un Pequeño Blip en mi vientre. Wow . Olvido mi incomodidad mientras miro aturdida el blip.

—Es demasiado pronto para escuchar los latidos, pero sí, definitivamente está embarazada. Cuatro o cinco semanas, diría. —Frunce el ceño—. Parece que la inyección se acabó antes. Bueno, eso pasa a veces.

Estoy demasiado sorprendida para decir nada. El Pequeño Blip es un
bebé. Un bebé de verdad. El bebé de Vanesa . Mi bebé. Santo Dios. ¡Un
bebé!

—¿Le gustaría que imprimiera una foto para usted?

Asiento, incapaz de hablar, y la Dra. Greene presiona un botón.

Luego gentilmente remueve la sonda y me alcanza una toalla de papel para limpiarme.

—Felicidades, Sra. Martín —dice mientras me siento—. Necesitaremos hacer otra cita. Sugiero en cuatro semanas. Entonces podemos determinar la edad exacta de su bebé y establecer una fecha de parto probable. Puede
vestirse ahora.

—Bien. —Estoy dando tumbos y me visto a toda prisa.

Tengo un Blip, un Pequeño Blip. Cuando salgo detrás de la pantalla, la Dra. Greene está de
vuelta en su escritorio.

—Mientras tanto, me gustaría que comenzara a tomar ácido fólico y
vitaminas prenatales. Aquí hay un folleto de lo que debe hacer y lo que no.

—Mientras me entrega un paquete de píldoras y un folleto, continua
hablándome, pero no estoy escuchando.

LIBERADA Место, где живут истории. Откройте их для себя