JO: ¿Comemos? Antes que nos llegue la noche y no veamos nada aquí
M: Claro - Le dedico una sonrisa ligera - ¿Que le apetece?
JO: Lo que sea, traje varias cosas por qué no me dijo que le gustaba y pues ya ve - Señalo con la mirada la aún canasta llena -
M: Esta bien con esto - Le sirvió papa en un plato desechable - Tenga
JO: Gracias - Lo toma -

No dijeron nada, aún estaban comiendo con lentitud, pues aunque no se conocían del todo, había cierta pena. Se trataban como amigos y a la vez como conocidos. José Omar era un hombre que busca a una mujer o le llega una y se la lleva solo para una noche, pero jamás, a querido sentir el compromiso, o no le a llegado la persona adecuada, solo que está vez era muy diferente, pero demasiado. El presentía que si seguía con la mujer que tenia a lado, que seguía mirando la ciudad con esos ojos verdes oscuros. Podía a llegar a ser algo tan lindo, algo de ensueños.

JO: Cuénteme más sobre usted - Toma un sorbo de la botella de agua - ¿Tiene hermanos? ¿A qué se dedica? ¿Tiene novio?
M: Eh... este... bueno, una por una - Solto una risa nerviosa - Tengo dos hermanos
JO: ¿Como se llaman?
M: Daniel y María Beatriz
JO: ¿Quien es el mayor?
M: Daniel, después voy yo, y María Beatriz es la menor
JO: ¿Ah que se dedican?
M: Ehmm - Tomo aire, estaban siendo muchas preguntas en poco tiempo - Daniel trabaja en el gobierno y María Beatriz, recorre el mundo, siempre está de viaje
JO: O sea, que ¿No se dedica a nada?
M: Bueno, es diseñadora de interiores, gana dinero con eso y más el cheque de Ecomoda por accionista
JO: Ya
M: Y, ¿Usted... - Gira un poco su cuerpo para poder míralo a los ojos - Tiene hermano?

Esa preguntó se la venía venir, pero aún así, cayó como balde de agua fría. El nunca tuvo familia. No conoció a sus padres, ni sabe si tiene hermanos en otra parte del mundo. Pero por lo que le decía sus abuelos. Sus padres lo abandonaron, nunca lo quisieron tener, dijeron que no estaban listos y se fueron lejos del país. Sua abuelos se hicieron cargo de él y según para otras personas era su única familia, el no lo tomaba así. Ellos lo trataron con indiferencia, con frialdad, lo criaron como para no tener sentimientos hacia otra persona. Lo ponían a trabajar. Ellos murieron por edad, y es ahí el motivo que nunca tuvo familia.

JO: Crecí en un orfanato - La volteo a ver - No estuvo tan mal mi recorrido por ahí, pero si fue difícil antes de estar ahí. Nunca tuve a personas que se llamaran familia, me criaron mis abuelos pero, nunca les tomé cariño, mis padres se fueron del país y no se de ellos. No tengo hermanos - Toma aire - O eso creo - Echa una risa - Pero estoy bien así - Se le quedo viendo sus ojos - Bueno, pero usted no me a contestado a las demás preguntas
M: ¡Ah si! - Se rasca la nariz - ¿Cuales eran? Me las podría repetir
JO: ¿A qué se dedica? - El ya sabia a qué se dedicaba pero solo quería escucharla por su propia cuenta -
M: Pues, trabajo en la gerencia de los puntos de venta, algo sencillo de entender
JO: Ya - Se quedan en silencio otra vez -

Marcela se había quedado viendo a José Omar. Estaba viendo cada detalle de sese hombre. Es alto, con un buen peinado de cabello. Guapo. Y más con su traje que ese día portaba. Ella se estaba sintiendo en paz, por tantos días, meses, casi ya un año, que no sentía esa tranquilidad. Esa felicidad que saliera natural. Aparto la vista del cuerpo del hombre y se dedicó a ver la ciudad. Mientras que habían comido, y hablado en momentos. Había caído la noche. Con eso se encendieron las luces de los edificios. Calles, hasta pequeños parques. Se veía tan bien, que ninguno de dos querían irse de ahí.

JO: Yo siempre me imaginé estando aquí con alguien. Con alguien que me quiera mucho. Que pueda compartir mi vida entera con esa persona. No importaba si era amistosamente o amorosamente. Solo quería que se quedara conmigo por siempre. Hasta el final - Se le quebró un poco la voz - Pero eso lo imaginaba cuando aún era un niño. Cuando me escapaba de la casa de mis abuelos para nos soportas sus regaños, o su indiferencia. Aveces venía aquí cuando terminaba de trabajar en las calles. Era. Es - Corrijio - Es mi lugar favorito - Volteo a ver a Marcela - Gracias por aceptarme la salida
M: No, no es de que - Le dedico una sonrisa relajada - ¿Nos vamos? Se nos va a hacer más tarde
JO: Vamos - Se levantó y ayudo a Marcela hacerlo igual -

No habían pronunciado ni una palabra en todo el camino. José Omar ofreció llevar Marcela a su departamento. Aunque ella tuviera su carro, lo dejó en este por qué sabia que irían en un solo carro. La canción de fondo de la radio solo se escuchaba, y uno que otro suspiro por parte de ambos. O tan solo su respiración. El hombre miraba al frente pero de reojo podía ver a una mujer viendo por su ventana derecha. Tenia miedo. Miedo de quererla tan pronto y hacerle daño. Lo que noto es que ella a sufrido mucho. Lo vio cuando Armando se acercó a ella echandole la culpa de todo lo malo que le pasó a él. José Omar, sabia que todo eso era mentira, pero quería saber más sobre el tema. Solo queda el tiempo para que se conozcan, altas, bajos. Alegrías de primavera y de invierno. Tristezas de otoño y verano. Quiere conocer más sobre esa personita de su lado.

Cuando llegaron al edificio de Marcela, José Omar salió de su lado para abrirle la puerta y ofrecerle la mano para que saliera.

M: Gracias - Puso una sonrisa de oreja a oreja -
JO: De nada - Cierra la puerta - Fue un gusto pasarla con usted
M: Lo mismo digo, doctor
JO: Me puede llamar José Omar, o José, u Omar. Como se le sea cómodo
M: Bueno, si estamos ya en estas confianzas, me puede llamar Marcela - Comenzo a caminar hasta la puerta, seguida por José Omar - Nos vemos en otro momento José
JO: Lo mismo digo, si es en otro momento, espero que sea en salir a comer algo, o a beber por ahí, por una invitación de usted, Marcela - Su nombre lo dijo a modo de susurro -
M: Ya verá que pronto lo llamo para pedirle la próxima cita
JO: Esperare su llamada - Le dio una sonrisa sonora - Me tengo que ir, hasta luego - Se dan dos besos - Chao
M: Adiós

Aveces el amor termina muy mal como para dejarte en cenizas. Pero siempre hay nuevas oportunidades. Como para dos personas que se estas adorando en diferentes localidades. Están sanando gracias por la otra. Por su compañía, su olor, sus ojos, su sonrisa. Todo. Siempre hay mejores cosas, solo es esperar a que lleguen, y estarán en la otra línea telefónica para pedirte una nueva cita, o solo para caminar en un parque por una tarde soleada. Solo es cuestión de tiempo y de sanar lentamente.

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Lamento que no haya capítulo por varias semanas, pero tenia muchas cosas que hacer fuera de casa. Y cuando llegaba llegaba cansado. Espero que estén disfrutando la historia.

Con un beso en la noche;(Betty x Michel)Where stories live. Discover now