Cap72. Terreno

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Estaba más que claro que Terramoda ya estaba siendo un éxito, un éxito por dos personas que han puesto todo su empeño a esta para seguir con su sueño que tuvieron desde jóvenes. Pues ahora se iba a dar otro paso, uno grande, uno que haga dar a conocer mucho más afuera de una pantalla o un papel a Terramoda. Un terreno. Iban a ver uno en la zona industrial que estaba en venta desde meses, nadie lo había comprado por que según era muy caro. Tres millones de pesos. Algo que era obvio si era un terreno con gran espacio y un una zona... rica.

N: Hola - Se sienta enfrente de ella -
B: Nicolás ¿Que pasó? ¿Ya tiene listo el dinero y los papeles?
N: Ajam, de hecho - Mira su reloj en la muñeca - Nos tenemos que ir a ver el contrato con la persona que nos quiere vender el terreno, y también ver en qué estado está
B: Ya - Firma un papel -
N: Emmm - La mira -
B: ¿Qué pasa Nicolás?
N: Su vuelo para España es en poco tiempo - Se detiene -
B: ¡Se me olvidó! - Deja caer el bolígrafo - Que idiota
N: ¿Tiene un compromiso más?
B: Entre estos días iban a venir las personas para las demás sucursales fuera de Bogotá. Se me olvidó por completo el viaje - Se acaricia la frente - ¿Usted podrá ayudarme a cubrir esas reuniones?
N: Betty, yo... - No lo deja hablar -
B: Si lo sé, no sabe mucho de los contratos que se va a ver, o el tipo de pago - Agarra de nuevo el bolígrafo y lo comienza a comer de un lado a otro rápidamente -
N: Lo puedo hacer, pero... - Mira atentamente a su amiga - Le tendré que llamar constantemente para que sepa como va el progreso, y todo eso ¿Me entiende?
B: Perfectamente - Mira su reloj - Vamos de una vez con la persona
N: Deje voy por mi maletín y nos vemos en el pasillo
B: Ujum - Recoje papeles -

Salieron ambos juntos de Ecomoda pero llegaron por separado al lugar donde se citaron con esa persona. Realmente no sabían quién era el propietario de ese terreno, solo sabían que era uno de los últimos que alguien de mucho antes lo había comprado tal vez para cultivos, y al final, el tiempo pasó y el quiere ahora que alguien más lo use. Llegaron a un restaurante poco concurrido, pero había gente. Cuando entraron a ese lugar no sabían el nombre de la persona, hasta que tuvieron de frente a un hombre con ropa humilde, por así decirlo, desgastada y un poco sucia.

X: Hola ¿Ustedes son Nicolás Mora y Beatriz Pinzón?
B: Si ¿Usted es... - Deja a pregunta al aire -
A: Alberto, un gusto - Les extiende la mano a ambos - Tengo ya una mesa ¿Vamos?
N: Claro - Caminaron hasta donde dijo el sujeto -
B: Y bien... - Toma aire - Díganos que se le ofrece por el terreno
A: Vea señorita, pido lo mismo que se le informo aquí al señor Mora
N: ¿Los tres millones?
A: Si - Se recarga en el respaldo de la silla de madera - Es un lugar grande, tiene buena estructura, no se inunda, ni nada de eso, esta en buen estado el suelo, ya sabe, lo básico para saber que se puede construir ahí
B: Claro - Mira a Nicolás - ¿Tiene el contrato para venderlo?
A: Si, vea, nada más me asesore con un abogado y me lo hizo también - Toma agua - Léalo, y si les parece, de una vez lo firmamos y vamos a ver el lugar - Miran al tipo -
N: Usted primero betty

En el contrato se venía claro que no iba a ver un cambio o devolución del dinero si había un mal con el suelo, o algo parecido. Las clausuras también decían que si ellos no pagaban a tiempo se cobraría otros quinientos mil pesos por incumplimiento. La mayoría beneficiaba más al hombre que a ellos, si algo salía mal, perdían el dinero y el terreno. Algo que no querían. Pero había una, una que los salvaba de todas las anteriores. Tendrán el lote de una vez por todas, o sea, la totalidad de ese lugar. Cuando ambos terminaron de leer y re leer el papel, confirmaron que estaba bien y los tres firmaron, haciendo que terminen con un apretón de manos y un pequeño abrazo.

Luego de eso fueron directamente al lugar donde decía el tipo. Vieron que no estaba mal, aún tenía la tierra muy bien acomodada, como si fuera de campo, había unas verjas de alambre puoso para que no se queden ahí algunos vagabundos. Y si, como el joven dijo, el terreno estaba más que perfecto, muy grande. Beatriz juraba al menos rebasar los diez mil metros cuadrados, hasta los veinte.

Con un beso en la noche;(Betty x Michel)Where stories live. Discover now