1 5: "¿Te sientes bien?".

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Con cansancio y resoplando ante los quejidos y los gruñidos del rubio, el peliazul intentaba mantener la paciencia estable, y continuar pasando con cuidado aquella crema en la espalda del moreno. Esa quemadura seguramente sería otro recuerdo, mucho más ligero que quien sabe cual otro más doloroso, por el cual el chico haya pasado.

Aún así, odiaba que su chico tuviera tan poco interés en cuidar su imagen. No, Sal Fisher no era superficial como para importarle si su novio se dejaba la tinta rubia, o si la dejaba decolorarse con el paso de las semanas, pero si se trataba de no cuidar la imagen y someterse a daños físicos, sin darle tanta importancia luego de sanar la cicatriz, o la quemadura en este caso, obviamente terminaba más preocupado de lo que solía estar.

─Ya déjate de llorar, rubia─.

─¡¿Pero cómo no quieres que me queje si más que un masaje, parece que estás practicando karate con mi espalda?!─.

─La próxima no seas porfiado con el calentador de la ducha, y espera a que salga el agua totalmente, y tibia, antes de meterte en bolas a la ducha─.

─Pero si se supone que estaba tibia, ¿por qué no admites que te pusiste a lavar los platos mientras estaba usando el agua de la ducha?, si me quemé fue porque abriste el grifo y te importó una mierda que me bañara contra las canillas─.

─Bien, admito que tuve culpa en eso, pero, ¿te costaba esperar un rato o pegarme un grito para que dejara de fregar?, ¿debías girar el grifo de agua caliente al máximo de lo que daba, sabiendo que cuando el agua volviese saldría disparada y te quemaría?─.

─Agh, igual... ni que me importara una quemadura. Las cicatrices de mi espalda no empeorarán─.

─Pudo ser una quemadura grave, Travis, ten un poquito de consciencia y sentido común, ¿por qué te importa tan poco estropear tu imagen?─.

─¿Desde cuándo te importó mi imagen? Fui toda mi vida alguien vistiéndose como su padre le decía, y usando lo que no quería usar para complacer el mal gusto de gente que no conocía. Déjame ser libre una vez─.

─Una cosa es que te vistas como se te antoje, que lo respeto, porque no soy nadie para quejarme en mi lugar, y otra es que te quemes la espalda en la ducha; te cortes en las rodillas por andar con cosas pesadas y filosas por todo el edificio, o te importe poco mantener la columna derecha por hacer fuerza con las cajas del trabajo de mi padre, que bien sabes que no debes solo tú ayudarlo a llevarlas. Siempre estoy cerca tuyo para que me pegues el grito y me avises─.

─Hay veces que estás ocupado con tus cosas o hablas con Larry, y no me gusta sacarte del trance si te enganchas en una buena conversación, o estás haciendo algo que te gusta─.

─Lo que me gusta puede esperar comparado a una responsabilidad, como lo es ayudar a mi padre porque está mayor, y ayudarte a ti porque no debes hacer todo sólo, es muy sencillo, me pegas el grito y dices: «Ché, pitufo, sacá la cara de la consola esa de mierda y vení a levantar las cosas». Y listo, lo haré sin quejarme. ¿Es eso lo que te preocupa?, ¿que me queje?─.

─No, al contrario, sé muy bien que eres capaz de ayudar a cualquiera que lo precise, y no me gusta abusar de esa disponibilidad que tienes respecto a favores. También creo que no tiene nada de malo que intente hacer algunas cosas por mi mismo─.

─Mira, sé que estás confundido y tratas de saber disfrutar de tu libertad, ahora que no tienes a tu padre frente a ti diciéndote qué hacer y cómo, y lo aprecio, incluso me encanta verte ser tú, y disfrutando lo desconocido que es para ti ser libre, pero no te vales por ti mismo siempre, estamos los dos en esto, en las buenas y en las malas, y aunque no estuviéramos juntos, es cuestión de cortesía irte a ayudar si haces esfuerzo con algo sólo. Modales, Travis... modales─.

Superfluo -【Sally Face】Where stories live. Discover now