1O: Dulce despertar.

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La tenue luz del Sol se reflejaba sin timidez por detrás de las cortinas blancas, de la gran ventana del ático, y a su vez iluminaba los numerosos sobres de dormir, y la cama de la castaña, que roncaba como princesa. Hablando de ronquidos, los de Larry podrían hacer temblar las repisas, si no fuese porque Sal a mitad de la noche, y medio dormido, le pusiera una almohada en la cara, sin tener muy en cuenta el riesgo por el sueño que tenía, y con el único objetivo de poder dormir.

Chug se había ido a dormir con su disfraz de reina abeja, aunque boca abajo para no ensartarse el abijón. Maple solo dormía de lado, con su sobre cercano a la cama de Ashley, y esquivando la luz de la ventana al estar bajo su sombra. Luego estaba Travis, que dormía boca arriba, con las manos fuera del sobre y desparramadas sobre su cabeza, mientras todo su torso yacía descubierto.

Y Sal, bueno, dormía como siempre, de lado y con las rodillas algo flexionadas, mientras abrazaba su almohada y con una mano tapaba su cara.

Y llegada la hora, tal cual debía, el despertador sonó, y la joven Campbell fue la primera en despertar, de un salto de alegría por la noche anterior, y gritando aún sin despabilarse.

─¡Buenos días compañeros de ático polvoriento!─.

─Mmm... b-buenos días, Ash─ murmuraba Maple, aún intentando usar sus fuerzas para abrir sus ojos.

─Buenos días─ Larry con la voz ronca y lanzándole la almohada a Sal, finalmente despertó.

─Hummmm, ¿y-ya es de... día?─ la voz de Sal se veía apagada gracias a la almohada sudada que sobre su cara se hallaba.

─¡Efectivamente!, tenemos clases, hoy es Viernes, ¡así que vamos!, pónganse las pilas y a levantarse, que hoy será un excelente día─.

─¿Cómo putas tienes tanta... energía?, Ash─ el rubio masajeaba sus propios ojos con sus manos, en un intento por despabilarse más rápido.

─Bueno, no lo sé, solo sé que quiero aprovecharla ya que hoy amanecí de buenas, y fue una excelente noche así que venga, a levantarse─.

La castaña salió de la cama apartando con brusquedad, las frazadas que sobre ella yacían, y luego caminó tranquilamente y con cuidado, entre los sobres de dormir, rumbo a la puerta del ático, llevándose ropa para usar al ducharse. Mientras tanto, el resto recobraba fuerzas para levantarse, y algunos, como Larry, hacían una llamada a su madre para que le trajeran la mochila del colegio.

Luego de llamadas; duchas, y detalles de esa clase, todos estaban sentados en la sala de la casa, desayunando tranquilamente y conversando entre sí. Ashley había terminado primero que nadie su comida, y cepillaba su cabello con suavidad mientras Maple le hablaba. Chug solo comía y miraba atento al peliazul y al castaño discutir, por haberle pedido a Lisa que fuera hasta allí tan temprano por un descuido de Larry. Y Travis solo hacía de espectador fantasma, aunque sin tanto interés como el que tenía Chug al escucharlos hablar.

Llegada la hora, todos caminaban rumbo a la parada de autobús, y Larry se despedía de su madre, quien con un beso y un par de regaños, le había dejado su mochila de Sanity Falls con todos los útiles necesarios, para que empezase el viernes con todo, a diferencia de los días anteriores de la semana, donde siempre le faltaba algo.

El viaje no era muy largo, pero mejor que ir a pie seguramente era, y quizás por ello, es que el rubio no tenía ningún reproche acerca de viajar sentado al lado de Sal Fisher, un día después de haberse peleado con este. Debía admitirlo, por más que lo intentase, o el otro aveces le diera razones, le era imposible odiarlo; el cariño que le tenía era tan grande, que invisibilizaba cualquier cosa maligna que intentase entrometerse en su relación.

Superfluo -【Sally Face】Where stories live. Discover now