Capítulo 13

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Habían pasado varias semanas desde la última vez que Buffy había visto a Spike.
Desde que se fue aquella noche, las cosas habían estado muy tranquilas. Aquello por una parte la preocupaba, pero por otra la aliviaba profundamente.

Durante ese tiempo, Buffy se había puesto en contacto con Willow y Xander, y les había contado todo lo sucedido hasta entonces, omitiendo un pequeño detalle: que ahora tenía un ángel custodio, que casualmente también era el rey del Infierno, quien había sido el responsable de devolver todo a la normalidad.

Willow, que conocía la realidad, aceptó la decisión de Buffy de mantenerlo en secreto, por el momento.

Lucifer no tenía problemas en ocultarse ante los amigos de Buffy, y Xander curiosamente parecía no ser sensible ante su invisible presencia.

Esos últimos días habían estado investigando sobre Glory. Sabían qué era, cómo había podido volver a la tierra mediante otro cuerpo huésped; lo que había hecho y cómo lo había hecho.

Lucifer le había asegurado a Buffy que la diosa no volvería a molestarlos, pero parecía reacio a dar más detalles. Sabían que muerta no podía estar, pero quizás sí encerrada en algún lugar.

Lo que no comprendían era el porqué de su regreso. Por qué de pronto volvía a interesarse por conseguir la llave.
Y deseaban que aquello no fuera un mal augurio.

—Ya sé que ahora las cosas entre vosotros no están especialmente bien, pero... —comenzó Willow.

—Quieres que le pregunte sobre su pacto con Glory. —terminó Buffy.

—Sí.

—No creo que sea buena idea. —objetó Xander desde el otro extremo de la mesa.

—A mí tampoco me entusiasma, pero la realidad es que él es quien más puede saber sobre los planes que tenía Glory. —indicó Buffy —Y si Dawn sigue en peligro me gustaría saberlo.

—Sí, además, tarde o temprano tendrás que hablar con él... —insistió Willow.

—Ya lo sé, Will. —suspiró, hundiéndose en la silla.

—Hey, tranquila. Por el momento intentemos que nos cuente más sobre Glory. Luego, cuando tú te sientas preparada puedes intentar... no sé, hablar vuestras cosas.

Buffy asintió.

—Es un traidor. —exclamó Xander, levantándose de golpe.

—Shhhh —se escuchó desde otra de las mesas de la biblioteca.

—Oh, perdón. -susurró, volviendo a sentarse —Pero sigue siendo un traidor. Vendió a tu hermana por recuperar su vida aquí, en la Tierra. Seguro que quería ponerse a chupar sangre de nuevo.

—Tiene alma. Además, aunque no lo justifique, se disculpó e intentó arreglar las cosas —rebatió Willow.

—Me da igual.

—Xander, yo también me siento engañada, pero la realidad es que no sabemos en qué situación se encontraba para aceptar semejante trato. Él no querría hacerme daño, yo lo sé y tú también.

—Yo no sé nada, Buffy. Solo sé lo que te ha hecho y, perdona que te lo diga así, pero alguien que se comporta de esa manera contigo, que te pone en peligro y luego desaparece sin más, no te quiere.

—Touché. —susurró alguien en el oído de Buffy.
Ella no se giró. Ya esaba acostumbrada a las, casi imperceptibles, intervenciones de Lucifer en sus conversaciones.

—Mira, me da igual. Yo lo que quiero saber es por qué, por qué ahora le interesa tener la llave de nuevo. —insistió Buffy, fingiendo que aquellas palabras no le habían dolido, quizás, pensaba ella, porque algo de razón tenía.

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