Sueños.

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¿Qué pasó? -eso se preguntaba Ulquiorra al ver aquel lugar.-

Había muerto y lo último que vio fue su corazón en la mano de aquella mujer.
Su pregunta era: "ahora que ella tiene mi corazón, ¿soy suyo?"

Estaba en un desierto, no hacía aire, no hacía calor, no hacía frío.

¿Dónde estaba?

¿Quién eres? -le pregunta una voz a su espalda.-

Al girarse, ella lo mira sorprendida y asustada a la vez.

¿Qué haces aquí? -pregunta otra vez.-

Ni yo lo se, Hime.

¿Esto es un sueño?

Tampoco lo sé.

No sabes nada. -grita cansada.-

Lo único que sé es que estoy viendo a la persona que dejé mi corazón al morir.

Ella da unos pasos para atrás al ver que él se acercaba.

No te acerques. -grita.-

No te haré daño Hime.

Y, ¿cómo sé que dices la verdad?

Porque tienes mi corazón en tus manos. Si te hago daño, me dañare a mi mismo. -baja la mirada.-

Ella para de caminar.

¿Me quieres? -pregunta en voz baja, casi ni se le escuchaba.-

No entiendo eso del amor.

Orihime se acerca a él y se sienta en la arena dando palmadas a su lado.

El amor... -comienza a hablar y él se sienta a su lado.- es algo inefable. No se puede describir con palabras, sin embargo este se puede describir con hechos.

¿Qué hechos?

A Orihime se le viene el pelinaranja a la mente.

Cuando quieres salvarlo de todos los peligros, cuando quieres dejarlo ir por su bien, cuando quieres que sea feliz aunque eso signifique verlo con otra, cuando quieres verlo aun cuando él no lo hace.

Tras unos segundos en silencio él habla.

¿Eso no describe también a la amistad? -pregunta.-

Orihime abre los ojos sorprendida.

Puede que tengas razón...

Entonces Hime, solo saco una conclusión.

¿Cuál?

Que como te enamores de un amigo y no seas correspondida estas jodida.

Ella se calla y él sigue.

O puede que los sentimientos de amigos se confundan con el amor.

¿Y si son de verdad los sentimientos? -ahora pregunta ella.-

Pues mejor guardárselos para una misma, porque si lo dice puede perder a su amigo, así que si la amistad es tan parecida al amor, mejor será callarse.

No es tan parecida como piensas. -susurra ella bajando la mirada.-

Claro que si, al fin y al cabo ambas cosas se describen igual.

Y ahí, Orihime abre los ojos y lo abraza.

Gracias por enseñarme su significado. -dice Ulquiorra.-

No. -levanta la mirada Orihime y se acerca a su boca.- yo aprendí más contigo que tú de mi.

Y allí ante ese sol de sueño ambos se besan.
Tanto Orihime como Ulquiorra, no querían despertar de aquel sueño.

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