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Ron, Harry y Hermione se encontraban en el tren de vuelta a Hogwarts. Su sexto año.

De repente escucharon unas voces fuera del vagón donde ellos estaban. Perecía que discutían y les extrañó ya que esas personas no solían hacerlo.

Desde cuando Draco y Aria discutían?
-Es enserio!? Merlín Malfoy eres insufrible!- le gritó ella mientras pasaban por delante del vagón donde estaban los leones.

-Yo soy insufrible!? No me hagas reír.- dijo este claramente molesto.
-No uses el sarcasmo conmigo.- le advirtió ella.- Sabes que todo esto no es culpa de nadie y cuando te digo que lo acepto es por que no me importa!- dijo ella.

-Podrías callarte alguna vez!?- le dijo siguiéndola hacia su vagón donde no pudieron escuchar más.

-Vaya... problemas en su paraíso de dinero.- dijo Ron riéndose a lo que Hermione rodó los ojos.
-Aunque no lo creas, también tienen sus problemas...- dijo mientras tomaba un periódico para leer.

-Si, y yo voy a descubrirlo.- dijo Harry tomando su capa de invisibilidad y saliendo del vagón.

-Aria, detente quieres?- le dijo el platinado tomándola del brazo para hacerla parar.
-Ahora que? Draco, te he dicho una y otra vez que esto no es tu culpa maldita sea.- dijo mientras entraba a al vagón donde se encontraban Blaise, Pansy y Theo, como siempre.

El verano sin duda había sido de lo más duro para ambos chicos que ahora eran otro par más de mortifagos.

Fue algo sorprendente para Draco ver que la muerte de Anthony le había afectado tan poco en Aria sin embargo no quiso insistir con ello.

-Como habéis estado? No habéis respondido ninguna carta... además, no vinisteis a la cena.- dijo Blaise algo extrañado.

-Nos dormimos, cuando despertamos ya era demasiado tarde así que nos quedamos en la casa...- dijo Draco con desinterés.

Pansy frunció el ceño.
-Y por eso no pudisteis contestar ninguna carta durante todo el verano?- preguntó a lo que ambos chicos se tensaron.

-Bueno, seguramente debierais enviar las cartas a casa... nosotros estámpanos en otra casa, no lo sabíais? Ya me parecía raro no haber recibido nada...- mintió ella ganándose una carcajada de Draco.

-Si, debe hacer sido por eso, ella estaba realmente preocupada, es más... creo que os escribimos pero no contestasteis.- corroboró el platinado.

-No, no hemos recibido nada.- dijo Theo algo confundido a lo Draco como Aria se encogieron de hombros con naturalidad.

De repente, el platinado sintió como el equipaje se movía algo raro. Parecía que hubiera alguien.

Le tomó la mano a Aria quien lo miró entendiendo que había alguien escuchando su conversación.

Cuando el tren ya había parado, todos empezaron a levantarse.
-Quieres que te espere?- preguntó ella en susurro a lo que el platinado negó.

-Puedes ir con los otros, tengo que ocuparme de algo...- dijo mientras le daba un beso para despedirse de ella.
-Cuidado con lo que haces...- le dijo antes de salir del vagón con una pequeña sonrisa.

-Donde está Draco?- preguntó Blaise mientras subían a las carrozas.
-Tenia que hacer algo, pero tranquilos, vendrá en otra carroza.- dijo la chica mientras miraba el bosque con tranquilidad.

Cuando llegaron al gran comedor, los chicos se sentaron en su mesa para esperar a la selección de las casas seguido del gran banquete como cada año.

Aria miró al director con indiferencia mientras esperaba que Draco llegara pero al parecer estaba tardando más.
-Te noto algo...seria, va todo bien?- le preguntó Pansy a lo que ella asintió.- Tu y Draco estáis muy raros.

-Estoy algo cansada.- dijo apoyando su cabeza en su brazo.- Y Draco... es Draco.

Aunque en realidad, si te fijabas en como caminaba el platinado para sentarse al lado de la chica con pesadez, sabías que no era el mismo chico que solía molestar a los demás.

Aria no le dijo nada, no quería hablar del tema ahora pero cuando vio a Harry entrar unos minutos después con la nariz rota, supo que les estaba espiando y que el platinado tenía razón.

Ambos sabían la misión que tenían y ambos sabían que no tenían escapatoria si no querían morir.
-Por qué no comes?- le preguntó Blaise de repente.

-Por qué no tengo hambre.- dijo este de mala gana.- Enserio tendremos que tener esta conversación?- preguntó algo estresado.
-Oye tranquilo, solo se preocupa por ti.- le dijo Theo algo confuso.

-Entonces dejarme en paz y meteros en vuestros asuntos.- dijo el platinado a lo que todos bufaron de molestia.

Aria miraba su plato sin apetito. Puede ser que estuviera casada, agotada y estresada pero no entendía por qué Draco estaba tratando así a sus amigos.

Cuando el banquete terminó, el platinado se levantó de golpe y se fue sin esperar a nadie.
-Draco Malfoy! A donde crees que vas?- le preguntó la chica detrás de él.

-A donde crees que voy?- le siguió diciendo este.- Aria, tenemos que hacer... esto, entiendes?- le preguntó mientras la miraba.

-Podemos empezar mañana, no te frustres ahora si no lo conseguimos.- dijo acercándose a él.- Pero no te alejes.

-No lo entiendes, no entiendes que me preocupo por ti y que no quiero meterlos tampoco a ellos?- preguntó ahora algo confundido.

-Te recuerdo que esta es mi misión igual que la tuya.- dijo la chica con voz firme.
-Lo sé, solo... solo déjame si?- del dijo mientras se marchaba.

Aria cerró los puños con fuerza al no poder hablar con claridad con él. Desde su iniciación, el platinado había estado más distante.

Lo entendía, pero el también tenía que entender que estaban en esto juntos.

Draco finalmente encontró la sala de los menesteres, donde debería arreglar el armario evanescente junto a Aria.

Se habían prometido que lo harían juntos, y saldrían de esa juntos pero no podía perder más tiempo. Necesitaba ganar todo el tiempo posible para poder completar la tarea encomendada.

Si el señor tenebroso había sido capaz de matar sin piedad a Anthony Monnier, también sería capaz de matar a su hija, la chica que quería más en ese momento junto a su madre.

No sabría que hacer si les pasara algo.

two ways (Draco Malfoy)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant