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Cuando ambos niños se sentaron para cenar, Draco se aseguró que Aria supiera que estaba enfadado.

Se sentó en la silla más alejada de ella y empezó a comer en silencio. Tanto la madre de Aria como Narcisa se miraron para saber que algo ocurría entre ese par.

Aria por otro lado, miraba al platinado con los ojos entrecerrados. Sabía lo que intentaba hacer y no caería en su juego.

Lucius por otra parte, sonría como nunca, estaba orgulloso que por fin, había silencio en la mesa y podía disfrutar de la comida como se debía.

-Así que Beauxbatons, cuéntame Aria, como es la academia?- preguntó el señor Malfoy mirando a la chica.

-Bueno...creo que es demasiado...aburrida a decir verdad.- respondió mientras dejaba su tenedor.- Las chicas son muy...sofisticadas.

Draco quién no la miraba sonrió al escuchar eso salir de la boca de su amiga, Aria era la persona menos femenina que podía conocer pero eso sus padres aún no lo descubrían.

-Segura que encontrarás la manera de adaptarte.- le dijo finalmente Lucius.

Cuando acabó la cena, los adultos se quedaban hablando en el salón mientras que Draco y Aria estaban arriba, ahora con la diferencia de que cada uno se encontraba en una habitación.

Si se trataba de orgullo...no te convenía hablar con ellos dos.

Draco, al aburrirse y querer estar con ella, bufó para estirarse en su cama y leer algo.

De repente, se escuchó un golpe seco en la pared. Frunció el ceño para mirar de donde provenía el ruido.

Ahora, fue cuando se escuchó un golpe, parecía que alguien se había caído y no había sonado nada bien.

Rápidamente entró en el cuarto de la chica para encontrársela en el suelo.
-Se puede saber que haces?- preguntó algo confundido.

-Practico las volteretas, te apuntas?- dijo la chica levantándose dolorosamente.- Por cierto, he ganado. Me has hablado primero. Soy mejor que tú.

-Ni en sueños.- le dijo con una sonrisa orgullosa.- Podría ganarte en lo que sea con los ojos cerrados.

-Ya, quiero ver cómo lo intentas.- dijo riendo la chica de manera orgullosa.

Draco no lo pensó y se abalanzó contra ella tomándola la las muñecas e inmovilizándola.
-Decías?- preguntó aún encima de la chica.- Admite que soy mejor.

-Ni en tus mejores sueños.- le respondió Aria intentando zafarse.- Puede que seas listo... pero te has olvidado de algo.

El platinado frunció el ceño. Entonces se dio cuanta de que no había inmovilizado las piernas de la chica. Aria le dio un rodillazo en la entrepierna y así fue como la chica ganó la batalla.

-Te odio.- dijo este retorciéndose en el suelo.

La chica rio para estirarse a su lado y mirarlo.
-Y yo te quiero, lo sabías?- preguntó a lo que Draco dejó todo el dolor de lado para observarla.

-Enserio?- preguntó con una sonrisa sincera.

La chica le extendió su dedo meñique que el platinado correspondió.
-Lo prometo.- dijo para abrazarlo cariñosamente.

Draco por una parte no reaccionaba ante tanto afecto. Únicamente recibía abrazos de su madre...pero al sentir a Aria, simplemente se sintió bien.

Realmente no quería volver a Hogwarts sin ella. Por qué las cosas eran tan complicadas?

Fue duro tener que despedirse de nuevo para no verse en meses. Draco y Aria no querían que ese día llegase.
-Vamos chicos...os volveréis a ver en verano, recordáis?- dijo Narcisa con una sonrisa que transmitía ternura al ver a los dos niños.

-Por qué no puede venir? Podemos hablar con Dumbledore para que la acepten.- sugirió el platinado muy apenado.

Aria sonrió.
-Te enviaré cartas, de acuerdo?- dijo para abrazarlo de nuevo.- No me olvides.

-Nunca lo haría.- le dijo Draco para ver cómo la chica desaparecía por los polvos Flu.

Fue algo aburrido para el platinado escuchar todo el trayecto de camino a Hogwarts lo bien que se lo habían pasado Blaise y Pansy durante las vacaciones.

-Y que te cuentas tú y tu magnífico plan de pasar las navidades encerrado en tu mansión?- preguntó el moreno.

Draco que miraba la ventana rodó los ojos.
-Han estado bien.- dijo aunque en realidad, habían estado las mejores navidades después de no ver a su amiga durante varios meses.

Cuando llegaron, no tardaron en instalarse de nuevo en sus dormitorios.
-Estás raro, va todo bien?- preguntó finalmente su amigo mientras arreglaba sus cosas.

Draco suspiró.
-Si, está todo bien.- dijo para estirarse en su cama de golpe.- Por qué la vida es tan injusta?

-Si te refieres a que me comí tus galletas...- empezó a decir el moreno, pero en cuanto se dio cuenta de que el platinado no hablaba de eso se calló.

-Fuiste tú!- dijo Draco ofendido y  molesto.- Sabía que eras un ladrón!
-Solo eran galletas! Y en mi defensa tenía hambre.- se excusó.- Las galletas deseaban que me las comiera.

Mientras en Beauxbatons, Aria perseguía a a Sandy quien llevaba una carta en la mano.
-Vamos Aria! Déjame leerla!- decía la chica.

-No y no! Acaso no sabes diferenciar los que es privado!?- preguntó esta una vez le había arrancado la carta con destino a Hogwarts, para Draco.

-Por qué no me dices a quien le escribes?- preguntó la chica intrigada y curiosa.
-No es importante para ti.- respondió Aria firmando la nota sin que Sandy pudiera ver nada.

Su amiga rodó los ojos.
-Entonces quien es Draco?- preguntó Sandy divertida.- Es tu novio?

Las mejillas de Aria se volvieron color rojo al escuchar y pensar que su mejor amigo podría ser su novio.
-No, solo es un amigo.- dijo finalmente para enviar la carta.-Y esta conversación, ha terminado.

Sandy río al ver a su amiga salir de la habitación indignada.
-Draco, Draco, Draco...que tan importante eres para Aria?- preguntó antes de salir al igual que su amiga.

two ways (Draco Malfoy)Where stories live. Discover now